13.05.2013 Views

Diario de Ana Frank - moninotic

Diario de Ana Frank - moninotic

Diario de Ana Frank - moninotic

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>Diario</strong> <strong>Ana</strong> <strong>Frank</strong><br />

sus representaciones teatrales y los tés con sus amigas.<br />

No creo que la envidie a Jopie, pero lo que sí me da es un ansia enorme <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r salir a<br />

divertirme como una loca y reírme hasta que me duela la tripa. Sobre todo ahora, en invierno, con las<br />

fiestas <strong>de</strong> Navidad y Año Nuevo, estamos aquí encerrados como parias, aunque ya sé que en<br />

realidad no <strong>de</strong>bo escribir estas palabras, porque parecería que soy una <strong>de</strong>sagra<strong>de</strong>cida, pero no<br />

puedo guardármelo todo, y prefiero citar mis palabras <strong>de</strong>l principio: «El papel es paciente.»<br />

Cuando alguien acaba <strong>de</strong> venir <strong>de</strong> fuera, con el viento entre la ropa y el frío en el rostro, querría<br />

escon<strong>de</strong>r la cabeza <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> las sábanas para no pensar en el momento en que nos sea dado<br />

volver '' a oler el aire puro. Pero como no me está permitido escon<strong>de</strong>r la cabeza <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> las<br />

sábanas, sino que, al contrario, <strong>de</strong>bo mantenerla firme y erguida, mis pensamientos me vuelven a la<br />

cabeza una y otra vez, innumerables veces.<br />

Créeme, cuando llevas un año y medio encerrada, hay días en que ya no pue<strong>de</strong>s más.<br />

Entonces ya no cuentan la justicia ni la ingratitud; los sentimientos no se <strong>de</strong>jan ahuyentar. Montar en<br />

bicicleta, bailar, silbar, mirar el mundo, sentirme joven, saber que soy libre, eso es lo que anhelo, y sin<br />

embargo no puedo <strong>de</strong>jar que se me note, porque imagínate que todos empezáramos a lamentarnos o<br />

pusiéramos caras largas... ¿Adón<strong>de</strong> iríamos a parar? A veces me pongo a pensar: ¿no habrá nadie<br />

que pueda enten<strong>de</strong>rme, que pueda ver más allá <strong>de</strong> esa ingratitud, más allá <strong>de</strong>l ser o no ser judío, y<br />

ver en mí tan sólo a esa chica <strong>de</strong> catorce años, que tiene una inmensa necesidad <strong>de</strong> divertirse un rato<br />

<strong>de</strong>spreocupadamente? No lo sé, y es algo <strong>de</strong> lo que no podría hablar con nadie, porque sé que me<br />

pondría a llorar. El llanto es capaz <strong>de</strong> proporcionar alivio, pero tiene que haber alguien con quien<br />

llorar. A pesar <strong>de</strong> todo, a pesar <strong>de</strong> las teorías y los esfuerzos, todos los días echo <strong>de</strong> menos a esa<br />

madre que me comprenda. Por eso, en todo lo que hago y escribo, pienso que cuando tenga hijos<br />

querría ser para ellos la mamá que me imagino. La mamá que no se toma tan en serio las cosas que<br />

se dicen por ahí, pero que sí se toma en serio las cosas que digo yo. Me doy cuenta <strong>de</strong> que... (me<br />

cuesta <strong>de</strong>scribirlo) pero la palabra «mamá» ya lo dice todo. ¿Sabes lo que se me ha ocurrido para llamar<br />

a mi madre usando una palabra parecida a «mamá»? A menudo la llamo Mansa, y <strong>de</strong> ahí se<br />

<strong>de</strong>rivan Mans o Man. Es como si dijésemos una mamá imperfecta, a la que me gustaría honrar cambiándole<br />

un poco las letras al nombre que le he puesto. Por suerte, Mans no sabe nada <strong>de</strong> esto,<br />

porque no le haría ninguna gracia si lo supiera.<br />

Ahora ya basta. Al escribirte se me ha pasado un poco mi «más profunda aflicción».<br />

Tu <strong>Ana</strong><br />

En estos días, ahora que hace sólo un día que pasó la Navidad, estoy todo el tiempo pensando<br />

en Pim y en lo que me dijo el año pasado. El año pasado, cuando no comprendí el significado <strong>de</strong> sus<br />

palabras tal como las comprendo ahora. ¡Ojalá hablara otra vez, para que yo pudiera hacerle ver que<br />

lo comprendo!<br />

Creo que Pim me ha hablado <strong>de</strong> ello porque él, que conoce tantos secretos íntimos <strong>de</strong> otros,<br />

también tenía que <strong>de</strong>sahogarse alguna vez; porque Pim normalmente no dice nada <strong>de</strong> sí mismo, y no<br />

creo que Margot sospeche las cosas por las que ha pasado. Pobre Pim, yo no me creo que la haya<br />

olvidado. Nunca olvidará lo ocurrido. Se ha vuelto indulgente, porque también él ve los <strong>de</strong>fectos <strong>de</strong><br />

mamá. ¡Espero llegar a parecerme un poco a él, sin tener que pasar por lo que ha pasado!<br />

<strong>Ana</strong><br />

Lunes, 27 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1943<br />

El viernes por la noche, por primera vez en mi vida, me regalaron algo por Navidad. Las chicas,<br />

Kleiman y Kugler prepararon otra vez una hermosa sorpresa. Miep hizo un <strong>de</strong>licioso pastel <strong>de</strong><br />

Navidad, que llevaba la inscripción <strong>de</strong> «Paz 1944». Bep nos trajo medio kilo <strong>de</strong> galletas <strong>de</strong> una<br />

calidad que ya no se ve <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que empezó la guerra.<br />

Para Peter, para Margot y para mí hubo un tarro <strong>de</strong> yogur, y a los mayores les dieron una<br />

botellita <strong>de</strong> cerveza a cada uno. Todo venía envuelto en un papel muy bonito, con estampas pegadas<br />

en los distintos paquetes. Por lo <strong>de</strong>más, los días <strong>de</strong> Navidad han pasado rápido.<br />

<strong>Ana</strong><br />

Karneeval Biblioweb – Libros Gratis 68 http://ar.geocities.com/krnv_bweb

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!