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Menor de tres Tres a seis
Escuche con interés a su hijo, colóquese de frente, a su misma altura, y mírele a los ojos.
Sí su hijo es menor de tres años, usted puede cargarlo
para estar de frente a él. También puede agacharse o
colocarse en el piso para estar a su nivel.
Si su hija está en preescolar, usted puede agacharse o
hincarse para estar a su nivel y poder mirarla a los ojos.
Hable y mantenga el diálogo o interacción con su hijo, dé oportunidad a que también hable y se exprese.
Aunque su hijo todavía no se exprese claramente a
través del habla, es importante que usted le platique,
espere y escuche lo que expresa, y que haga pausas,
así aprenderá las reglas del diálogo: si su hijo dice “Mía
mamá guau”, y señala un perro, usted puede contestar
“Sí, mira, es un perro”, espere, él podría agregar
“Quero”, y usted “¿Quieres que nos acerquemos?” y él
asentir con la cabeza. Haga lo mismo ante los gestos o
vocalizaciones si su hijo aún no dice palabras.
Los niños de tres años empiezan a hablar con fluidez; sin
embargo, aún su expresión no es completamente clara
ya que aún omiten letras, palabras o tienen dificultad
para pronunciar algunas. No adivine lo que quieren
decir, aguarde y dé tiempo para que logre expresarse.
Conteste o haga un comentario y espere para motivar a
que continúe el diálogo. Los más grandes ya se expresan
con mayor claridad y oraciones completas, escuche
con atención, muestre interés en lo que dice, haga
comentarios y pausas para motivar a que continúe el
diálogo.
Comprende los sentimientos, ideas o necesidades que su hijo le expresa y da respuesta inmediata de acuerdo a éstos.
Ponga palabras a sus gestos: si su hijo sonríe al escuchar
una cajita con semillas, usted puede decir: “¿Te gusta
cómo suena?”.
Si su hijo se acerca y señala un plátano, usted puede decir:
“Ah, ¿quieres plátano?, dime Mamá quiero plátano” y
déselo.
Trate de comprender el mensaje de las palabras o
pequeñas frases y responda a ellas.