Letra - Biblioteca Digital - Universidad Católica Argentina
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alcan90 la dignidad<br />
dela grand caualleria<br />
del Espada. (31)<br />
Y sus villas y sus tierras,<br />
ocupadas de tiranos<br />
las fallo,<br />
mas por cercos y por guerras<br />
y por fuer9a de sus manos<br />
las cobro.<br />
Pues nuestro rey natural<br />
si delas obras que obro<br />
fue seruido,<br />
digalo el de Portugal,<br />
y en Castilla quien siguio<br />
su partido. (32)<br />
En la detenida referencia al prócer —a sus virtudes, a su vivir—, en la<br />
valoración trascendente del mundo y de lo que ha ser la conducta humana<br />
de acuerdo con ese sentido del mundo, hay todo un arte de vivir, que se clarifica<br />
aún más en el razonamiento de la muerte al Maestre, inspirado por las<br />
formas nobles de vida de la época:<br />
El biuir que e,s, perdurable<br />
no se gana con estados<br />
mundanales,<br />
ni con vida deleytable,<br />
en que moran los pecados<br />
ynfernales;<br />
mas los buenos religiosos<br />
gananlo con oraciones<br />
y con lloros,<br />
los caualleros famosos<br />
con trabajos y aflicciones<br />
contra moros. (36)<br />
Antes ha recordado el poeta las vanidades de la "vida delectable" (en las<br />
coplas 8 a 11) y ha señalado su origen, que lleva implícito ese destino de<br />
gran inestabilidad:<br />
... bienes son de Fortuna<br />
que rebuelue con su rueda<br />
presurosa,<br />
la qual no puede ser vna,<br />
ni estar estable ni queda<br />
en vna cosa. (11)<br />
Una diosa pagana, como señora y administradora rde lo mundano. ¿No será<br />
porque las vanidades mundanas alejan de Dios y acercan a un modo de vivir<br />
pagano? Al pasar revista a tantas vanidades que aún hoy atraen y enceguecen<br />
al hombre, afirmándolo en lo terreno y alejándolo de lo espiritual, una suave<br />
melancolía impregna los versos; en los que parece adivinarse que el poeta no<br />
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