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Letra - Biblioteca Digital - Universidad Católica Argentina

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Pustin', como lo hacen a todos los monasterios rusos, siempre centros de peregrinación.<br />

Con todo, la gloria de Macario no se fundamenta en las ediciones<br />

que dirigió, sino en la dirección de las conciencias. En ello mostraba no solamente<br />

su extraordinaria inteligencia, sino también su gran piedad, rectitud,<br />

comprensión al prójimo. No había problema, desde los más elevados o complicados,<br />

hasta las dificultades más comunes de la vida de los campesinos, que<br />

no comprendiera y para el que no dijera su palabra inspirada y oportuna.<br />

Tenía una memoria excepcional, además del carisma del dioratismo; miles de<br />

peregrinos se sorprendían cuando les recordaba detalles de sus vidas e intuía<br />

lo que ellos ni mencionaban. Era el confesor ordinario de todo el monasterio<br />

y de un sinnúmero de personas eclesiásticas y laicas. Desempeñó un apostolado<br />

vastísimo haciendo recordar a todos sus obligaciones cristianas. Tenía una<br />

gran sensibilidad por los problemas sociales de su tiempo; hizo todo lo posible<br />

para mejorarlos. Murió en 1860 con fama de santidad. Unos años después su<br />

amigo y colaborador el filósofo Kireevski fue sepultado junto a su confesor. La<br />

viuda de este último editó cinco volúmenes de la extensísima correspondencia<br />

del P. Macario.<br />

El puesto dejado por el "staretz" fue ocupado por su colaborador y amigo<br />

el P. Ambrosio. Este "puesto" no era un cargo oficial, ni se necesitaba nombramiento<br />

alguno. La personalidad del "sucesor" era la única condición para<br />

suceder al maestro difunto. Ambrosio fue un sucesor más que digno. Era de<br />

hermosa presencia, agradable y docto en la conversación, excelente humorista,<br />

con un conocimiento enciclopédico de dichos y proverbios; desde su juventud<br />

fue un piadoso y sincero asceta. Un hombre de tales cualidades llamó<br />

la atención de todos, no obstante su insistencia en pasar desapercibido. Después<br />

de pocos años de vida en la comunidad, se retiró al eremitorio, donde<br />

lo conoció Dostoievski. Cuando iba a su Ordenación sacerdotal, Ambrosio resfrió<br />

su estómago, lo cual le minó la salud para siempre; quedó demasiado débil<br />

para poder celebrar los oficios regulares. No obstante esa fragilidad física,<br />

desempeñó un trabajo enorme en la atención de miles de gentes que venían<br />

a verlo desde todas partes o lo consultaban por cartas; él a su vez respondía<br />

con toda paciencia a este sinnúmero de preguntas. Desde su juventud mostró<br />

las cualidades de confesor carismático. Su actuación tenía claras características<br />

proféticas, incluso con predicciones de acontecimientos futuros, con conocimiento<br />

de cosas ocultas o con intuiciones que superaban todo razonamiento<br />

normal. Atendió a toda clase de personas en todas las cuestiones posibles. Dostoievski<br />

estuvo con él dos días, durante los cuales sostuvo una larga conversación;<br />

por otra parte lo conocía muy bien por las referencias. Desde ya que<br />

en su descripción minimiza los carismas de Ambrosio; es archisabida la antipatía<br />

de Dostoievski por todo lo que sea milagroso. Una vez editado Los Hermanos<br />

Karamazov los monjes de Optyna Pustin' quedaron bastante descontentos<br />

de la figura de Zosima, que consideraron muy inferior al prototipo que<br />

era Ambrosio. En todas las ediciones de ese monasterio no se encuentran elogios<br />

para Dostoievski. Dicen que Ambrosio comentó brevemente la larga entrevista<br />

con el escritor diciendo que "ése es un arrepentido"; es la única opinión<br />

del renombrado "staretz" que encontramos en las biografías y en los distintos<br />

artículos. Ambrosio murió en 1891, escuchando hasta el último momento las innumerables<br />

confesiones, dirigiendo conciencias, consolando, amonestando, profetizando<br />

a veces, siempre con excepcional clarividencia e innagotable buen humor.<br />

Optyna Pustin', lamentablemente, no tuvo ya un sucesor para continuar<br />

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