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Letra - Biblioteca Digital - Universidad Católica Argentina

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Hernani! Presidentes y ministros, generales y grandes abogados de la República<br />

<strong>Argentina</strong> han creído en ti, como la república ha creído en ellos." 26<br />

Rasgo nostálgico generacional, sólo en apariencia contradictorio, de quienes<br />

están haciendo el cambio del país: cierta resistencia, un no terminar de<br />

desasirse del pasado en medio de las tentaciones de la modernidad.<br />

ESTILO<br />

Los defectos del lenguaje de La Gran Aldea: abundancia de galicismos,<br />

anglicismos, giros galicados, descuidos de construcción, han sido señalados por<br />

los críticos. Es interés nuestro, en cambio, subrayar los aciertos de estilo.<br />

Nos hemos referido al registro de tonos que componen la novela de manera<br />

diversa. Podemos agregar ahora algunas consideraciones sobre la lengua conversacional<br />

con la que acierta López muy tempranamente. Nos sirve para ello<br />

la pintoresca escena callejera de la llegada de los triunfadores de Pavón cuando<br />

enfoca un grupo familiar integrado por la madre y sus hijas Raquel y Judit:<br />

"Yo, desde los hombros elevados de mi conductor, veía a la pobre misia<br />

Donata y a sus dos bíblicas criaturas, víctimas del pronóstico de su marido y<br />

manoseadas por aquella turba indisciplinada entre la cual había mocitos que le<br />

«pirateaban• las hijas y groseros que le deshacían las bananas y le arrancaban<br />

su espléndido vestido color cotorra, admiración suprema del barrio de Monserrat<br />

en la misa de una". 27<br />

Este episodio de materia popular está contado sin embargo con las artes<br />

de un código culto: alusiones librescas, ironías, aplebeyamiento intencional del<br />

vocabulario constituyen un juego intelectual para quienes pueden disfrutar<br />

entre líneas; literatura "entre nos" como subtituló Mansilla a las Causeries...<br />

Con esa misma intencionalidad muestra su variada información cultural<br />

en las referencias al órgano de Albert Hall, Tartufo, Polión, en el primer capítulo,<br />

o al frac de Pool, el par de pums de Thomas, "La Revue"... en el baile<br />

del Club. Alusiones abundantes que nunca, y aquí radica lo asombroso, lo<br />

hacen caer en empacamiento de estilo.<br />

En el estrato dialógico se mueve con soltura; algunos ejemplos ya han sido<br />

presentados. Posee un oído atento y sabe plasmar la gracia, la espontaneidad<br />

de la lengua oral en sus diversos niveles. Cualidad poco común en su siglo y<br />

por la cual se anticipa largamente a la línea de escritores argentinos que sólo<br />

en el actual lo lograron. Aquí una muestra de uso coloquial:<br />

"—¡Ay, mi hija, mi hija! ¿Dónde está mi hija? ¡Se me ha perdido mi hija!<br />

judit auditl —exclamaba la señora prolongando el grito...<br />

—No te muevas de acá, bribona; no te me separes. Ven tú también,<br />

Raquel... ¡Ay Jesús! ¡Bien me decía tu padre! No te metas mucho entre la<br />

gente con las muchachas, Donata; mira que no faltan atrevidos que las manoseen<br />

en los entreveros y que a ti también te han de manosear: Qué gente, por<br />

Dios; qué gente! ¡Qué falta de respeto con las señoras...1" 28<br />

26 Ibidem. Cap. VIII, p. 71.<br />

Ibidem. Cap. VII, p. 67.<br />

28 Ibidem, pp. 66/67.

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