Grupos <strong>de</strong> ayuda mutua y asociaciones <strong>de</strong> personas afectadas 79conquistas sociales que <strong>de</strong>ben ser irrenunciables.Sin embargo, no po<strong>de</strong>mos pasarpor alto que incluso los mo<strong>de</strong>los más justos<strong>de</strong> Estado <strong>de</strong>l Bienestar son una forma <strong>de</strong>legitimación <strong>de</strong>l Estado a secas. Como lofue el pan y circo romano -o la figura carismática<strong>de</strong>l big man melanesio en unasociedad sin Estado-, por citar sólo algúnejemplo emblemático <strong>de</strong> redistribuciónasociada al mantenimiento o a la mismaformación <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r. 19Las AS se inscriben <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los sistemas<strong>de</strong> redistribución <strong>de</strong>l Estado a través<strong>de</strong> las subvenciones públicas, que son suprincipal fuente <strong>de</strong> financiación. Otros proveedoresimportantes <strong>de</strong> fondos, como lasfundaciones, son también mecanismos <strong>de</strong>redistribución. Añadamos que las cuotas <strong>de</strong>los asociados y las donaciones cubren escasamenteuna cuarta parte <strong>de</strong> los ingresos.20 En este contexto, las AS, como elconjunto <strong>de</strong>l <strong>de</strong>nominado Tercer Sector,están muy condicionadas por el marco redistributivo<strong>de</strong>l que forman parte. Es obvioque estos condicionantes funcionan en <strong>de</strong>trimento<strong>de</strong> la acción reivindicativa, que esuna <strong>de</strong> las principales razones <strong>de</strong> ser <strong>de</strong> lasAS. No es pru<strong>de</strong>nte mor<strong>de</strong>r la mano que teda <strong>de</strong> comer, sobre todo en tiempos <strong>de</strong> <strong>de</strong>smovilizaciónsocial.Existe también una correlación directaentre la <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> las subvenciones yla adopción por las asociaciones <strong>de</strong> los criterios,concepciones y prácticas <strong>de</strong> losgrupos profesionales reconocidos por elmismo Estado redistribuidor. En efecto, lassubvenciones se consiguen a través <strong>de</strong> proyectosque cuanto más se aproximen a laortodoxia hegemónica más posibilida<strong>de</strong>stienen <strong>de</strong> ser aceptados y financiados. Yuna <strong>de</strong> las garantías <strong>de</strong> que los proyectosserán aplicados <strong>de</strong> acuerdo a esa ortodoxiaes la presencia <strong>de</strong> profesionales en las propiasAS. De esta forma, las AS son cadavez más prolongaciones <strong>de</strong>l complejo asistencialpúblico, que progresivamente<strong>de</strong>lega más responsabilida<strong>de</strong>s a entida<strong>de</strong>sprivadas o no gubernamentales. La retóricaque <strong>de</strong>fien<strong>de</strong> esta ten<strong>de</strong>ncia en nombre <strong>de</strong>la supuesta autonomía <strong>de</strong> la sociedad civilacostumbra a pasar <strong>de</strong> puntillas sobre las<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncias apuntadas, <strong>de</strong>l mismo modoque parece ignorar el déficit <strong>de</strong> equidadque supone ir a rastras <strong>de</strong> iniciativas particulares-por muy "políticamente correctas"que sean-, que no llegan a muchos sectoressociales y que cubren muy irregularmenteel territorio. Hoy por hoy, el mundo <strong>de</strong> lasAS es un mundo <strong>de</strong> clases medias concentradoen áreas urbanas.En el interior <strong>de</strong> las AS, la inserción enlos mecanismos <strong>de</strong> redistribución facilita laformación <strong>de</strong> estructuras especializadas <strong>de</strong>gestión que tien<strong>de</strong>n a jerarquizar la organización<strong>de</strong> las entida<strong>de</strong>s, introduciendo ensu seno las relaciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia queconlleva la redistribución. Puesto que estose produce en una dinámica que tambiénpotencia el trabajo estable <strong>de</strong> profesionalesen las AS, el proceso conduce a la reproducción<strong>de</strong> los mo<strong>de</strong>los existentes en lasinstituciones. En estas condiciones, no esraro que <strong>de</strong>saparezcan GAM o que seformen grupos que no lo son, utilicen o noesta <strong>de</strong>nominación. Cuando existen verda<strong>de</strong>rosGAM en asociaciones don<strong>de</strong> predominanlas relaciones <strong>de</strong> redistribución y losparadigmas profesionales, acostumbran atener un lugar marginal y subordinado ensus respectivas AS, ocupando una posiciónsimilar a la que se atribuye a la ayudamutua en el conjunto <strong>de</strong> nuestra sociedad,dominada por los intercambios mercantiles.Quizás las AS que siguen ese mo<strong>de</strong>loganen en eficacia técnica, pero anulan una<strong>de</strong> las posibilida<strong>de</strong>s más interesantes <strong>de</strong> laayuda mutua: aquella re<strong>de</strong>finición autónoma<strong>de</strong>l problema vivido, que posibilita lareconstrucción <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong>teriorada
80Josep Canals Salay la oportunidad <strong>de</strong> resituarse en unmundo que ha sido alterado drásticamentepor la enfermedad, el acci<strong>de</strong>nte o la perdida,vividas en carne propia o en la <strong>de</strong> alguiencercano. Y esto es algo que los protagonistasmanifiestan que solamente lohan conseguido en la relación entre equivalentes,entre quienes "lo saben porquelo han pasado".A pesar <strong>de</strong> todo, limitarnos a las escasasposibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> acción social <strong>de</strong> losGAM no sería una buena opción. En estesentido es necesario señalar que existenAS que incluso <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong> subvenciones,teniendo profesionales asalariadosy supliendo al sector público en la prestación<strong>de</strong> algunos servicios, mantienen loque he llamado "hábitos <strong>de</strong> ayuda mutua".Con esta expresión me refiero al predominio<strong>de</strong> las relaciones <strong>de</strong> reciprocidad en elinterior <strong>de</strong> la asociación aunque ésta sehalle inserta en las estructuras <strong>de</strong> redistribución.El otro rasgo que caracteriza atales AS consiste en lo que se podríallamar una epistemología práctica quetiene como referente axial al hecho <strong>de</strong>compartir una historia <strong>de</strong> un mismo problema.En otras palabras, los mencionados"hábitos <strong>de</strong> ayuda mutua" implican que la<strong>de</strong>finición <strong>de</strong> las necesida<strong>de</strong>s y la capacidad<strong>de</strong> <strong>de</strong>cisión son competencia <strong>de</strong> laspersonas afectadas y que los profesionalesno pue<strong>de</strong>n suplantarlas en este papel, cosaque exige a estos últimos una revisión <strong>de</strong>los roles aprendidos en su socializacióncorporativa.Como resumen final pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse quela i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> las formas <strong>de</strong> reciprocidad,<strong>de</strong>l predominio <strong>de</strong> la ayuda mutua o<strong>de</strong> la redistribución, junto con el grado <strong>de</strong>autonomía con que las personas afectadasse re<strong>de</strong>finen a sí mismas, priorizan sus necesida<strong>de</strong>sy toman sus <strong>de</strong>cisiones, constituyenlos parámetros que permiten tipificardiferentes mo<strong>de</strong>los asociativos en elcampo <strong>de</strong> la salud y clarificar la realidad<strong>de</strong> un mundo que aparece cargado <strong>de</strong> confusiones,ambivalencias y ambigüeda<strong>de</strong>s.C. Còrsega 40908037 Barcelona.jcanals@ub.eduBIBLIOGRAFIA Y NOTAS1Gracia, E. (1997), El apoyo social en la intervención comunitaria. Barcelona, Paidós.2Menén<strong>de</strong>z, E. L. (1984), "El mo<strong>de</strong>lo médico hegemónico: transacciones y alternativas hacia una fundamentación teórica <strong>de</strong>lmo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> autoatención en salud". En: Arxiu d'Etnografia <strong>de</strong> Catalunya, 3: 83-119.3Riessman, F. (1995), Re<strong>de</strong>fining Self-Help. Police and Practice. San Francisco, Jossey-Bass Publishers.4Canals, J. (2002), El regreso <strong>de</strong> la reciprocidad. Grupos <strong>de</strong> ayuda mutua y asociaciones <strong>de</strong> personas afectadas en la crisis<strong>de</strong>l Estado <strong>de</strong>l Bienestar. Tesis doctoral. Tarragona, Universitat Rovira i Virgili.5Rappaport, J. (1993), "Narrative studies, personal stories and i<strong>de</strong>ntity transformation in the context of mutual help". En: TheJournal of Applied Behavioral Science, 29 (2): 237-254.6Menén<strong>de</strong>z, E. L. (2000), "Factores culturales: <strong>de</strong> las <strong>de</strong>finiciones a los usos específicos". En: Perdiguero, E. y Comelles, J. M.(eds.), Medicina y cultura. Estudios entre la antropología y la medicina. Barcelona, Edicions Bellaterra (p. 163-188).7Con<strong>de</strong>, F. (1996), "Las mujeres y el movimiento <strong>de</strong> ayuda mutua". En: Boletín <strong>de</strong> Ayuda Mutua y Salud, Consejería <strong>de</strong> Sanidady Servicios Sociales <strong>de</strong> la Comunidad <strong>de</strong> Madrid, 3: 34-5<strong>3.</strong>