Mujeres Diversas. Miradas feministas
Mujeres Diversas. Miradas feministas www.editorialdestiempos.com
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<strong>Mujeres</strong> diversas. <strong>Miradas</strong> Feministas<br />
hombres cortando matrimonios mal avenidos, para resolver cuestiones de<br />
dinero, para disfrazar los amasiatos y abrir las puertas de la prostitución.<br />
Salvo casos excepcionales, la mujer ha sido víctima o ha tenido que<br />
soportar las malicias del macho protegido por la ley” (Teja 1925: 3).<br />
Además, el divorcio atenta contra la institución familiar, “reliquia inmutable<br />
y perpetua”:<br />
Tal vez México no deba realmente a España nada más puro que la<br />
severa organización de la familia, que hacía de cada jefe de casa<br />
un soberano de su reino doméstico y de la madre, una Madona de<br />
santidad y abnegación (Teja 1925: 3).<br />
Por ello, Teja Zabre defiende la idea de que el divorcio en realidad no<br />
emancipa a la mujer, pues “si el divorcio sólo excepcionalmente puede<br />
servir en realidad como protección para la mujer, menos aún será instrumento<br />
de verdadera emancipación cuando se aprovecha […] creando<br />
verdaderas tiendas o despachos para romper matrimonios…” (Teja 1925:<br />
3).<br />
En todo caso, según el autor, lo que en verdad emancipa a la mujer<br />
es el trabajo, “purificado de la explotación y aprovechado honestamente”,<br />
ya que el trabajo no pone en peligro “la tranquilidad de las familias” ni se<br />
“pierden las tradiciones”. La doncellita de la clase media, dice el autor, “no<br />
está en peligro de perder su virtud en la oficina, sino en el cabaret [...] La<br />
vida de México está llena de horror y de sangre, y el único tipo glorioso que<br />
podemos ofrecer como razón de nuestra existencia, es el de la madre y esposa<br />
mexicana” (Teja 1925: 3).<br />
Treinta años después, en octubre de 1953, a propósito del otorgamiento<br />
del voto a las mujeres, varios hombres, sobre todo articulistas<br />
editoriales, abordaron el asunto positivamente en la mayoría de los casos,<br />
pero siempre con un tono de recelo o distancia. Esto puede observarse con<br />
Fernando Hernández, en su texto “La mujer mexicana en la política”, don-<br />
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