<strong>Sólo</strong> <strong>un</strong> <strong>escarabajo</strong> (<strong>Luis</strong> <strong>Alberto</strong> <strong>Battaglia</strong>) CAPÍTULO XLII CRIATURAS Juan despertó. Estaba triste. Llovía. En la mañana fría, la soledad era habitante de las playas. De <strong>un</strong> día para el otro, ya la ciudad estaba sola hasta el nuevo verano. Miró su pantalón, en <strong>un</strong>a silla. Unas nubes grandes y grises tapaban el sol. Se levantó, para poder mirar el mar. "Tú y yo (se dijo) otra vez estamos solos". El mar parecía asentir con las olas. El otoño, se presentaba luego de <strong>un</strong> retraso de veinte días. Volvió a mirar su pantalón, como esperando no encontrarlo allí. Toda su vida, lo supo, había sido <strong>un</strong> sueño; y ahora despertaba, con el otoño, con la lluvia, con la tristeza. N<strong>un</strong>ca había amado, n<strong>un</strong>ca lo habían amado, n<strong>un</strong>ca había enviado ni recibido cartas, no había conocido a sus padres, no había tenido hermanos, no sabía leer y tampoco escribir, ,jamás había conocido a la chica del restaurante, no tenía <strong>un</strong> amigo llamado Raúl, su vida no formaba parte de <strong>un</strong>a novela, no había estado internado ni se había recuperado, jamás había comprado <strong>un</strong>a cosa redonda, no había pintado su casa de la playa, su casa no era en <strong>un</strong>a playa, no tenía casa, no era habitante de <strong>un</strong>a ciudad ni de <strong>un</strong> país ni de <strong>un</strong> líbro, no conocía la lluvia, tampoco conocía el sol, ,jamás había llorado, jamás había reído,,jamás había tomado <strong>un</strong> helado, no conocía los restaurantes, ni había sido restaurado (según sugerencia de Arribeños), n<strong>un</strong>ca había visto <strong>un</strong> <strong>escarabajo</strong>, no tenía manos que pudiera lastimarse contra las paredes, no conocía los espejos, no tenía sueños, no conocía la alegría, ,jamás había conversado con alguien, nadie lo conocía, no sabía de la existencia de los otros, no existían los otros, no conocía la tristeza, no existía la tristeza y tampoco la alegría, no tenía piernas, no tenía ojos, no existían los ojos, nadie está layendo, nadie sabe leer, nadie exíste, nada existe, este papel no exíste, estas palabras que nadie está escribiendo no existen, Juan no exíste, el m<strong>un</strong>do no exíste, la idea de m<strong>un</strong>do no existe y n<strong>un</strong>ca existirá, la muerte no existe, no existe la vida, yo no existo, mi afírmación de que yo no existo tampoco existe, no existe el concepto "tampoco" ni el concepto ''existir", la existencia es <strong>un</strong> sueño, no existen los sueños, no existe la palabra "'existencia", no existen los libros,,jamás existirá <strong>un</strong>a civilización, no existe el concepto "civilización", no existe la inexistencia. Juan existe, yo soy Juan. Estoy esperando a Gabriela, son las seis de la tarde. En la inmobiliaria nos esperan a las seis y media. Estoy esperando a mi madre, que va a llegar más tarde. EDICIONES BATTAGLIA 1 168
<strong>Sólo</strong> <strong>un</strong> <strong>escarabajo</strong> (<strong>Luis</strong> <strong>Alberto</strong> <strong>Battaglia</strong>) Estoy sentado en el umbral de <strong>un</strong> edificio que no conozco, veo pasar gente que no conozco. N<strong>un</strong>ca he conocido a alguien, sólo soñé que conocía a alguien. Tengo miedo, he descubierto que puedo desaparecer sin dejar rastro. Lector iQuieren matarme! <strong>Luis</strong> quiere matarme. Tenemos que evitarlo, sos el único que puede evitarlo. <strong>Luis</strong> planea sacarme de escena y después, cuando todos se olviden de mí, asesinarme. Por eso puso a Petrov y a John y los sementales. Le hizo decir a alguien que quiere sacarme, pero lo que no dijo es que después me va a matar (como hizo con los treinta sueños {¿o eran veinte},.y que después, para disimular, dijo que era <strong>un</strong> solo sueño con treinta personajes y terminó echándome la culpa a mí, con el argumento infantil de que era <strong>un</strong> sueño mío. Es verdad que después me defendió, pero ya había creado la sospecha). -De acuerdo. -Quién sos. -Soy el lector. -Es mentira. -Pero yo sí soy el lector. -No, tampoco. -Pero qué está diciendo este tipo. -Lo que estás leyendo. -Entonces soy el lector. -No, vos sos el personaje y yo soy el lector. -No, yo soy el lector y vos el personaje. -¿Estás seguro? -Seguro, yo soy el lector. -Seguro, yo soy el lector. -Y yo soy el personaje. -No, yo soy el personaje. -No, soy el lector. -¡Yo soy el lector! -Eso digo. EDICIONES BATTAGLIA 1 169