sobre campos electromagnéticos
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100 Guía no vinculante de buenas prácticas para la aplicación de la Directiva 2013/35/UE <strong>sobre</strong> <strong>campos</strong> <strong>electromagnéticos</strong> — Volumen 1<br />
aumento de la carga térmica durante períodos breves, los valores límite de exposición<br />
se promedian a lo largo de un período de seis minutos. Ello permite asimismo que los<br />
trabajadores se expongan a unos valores SAR más elevados durante períodos breves,<br />
siempre que no se supere el promedio.<br />
Además, los valores límite de exposición son lo bastante prudentes como para que<br />
no haya que tener en cuenta otros factores que pueden afectar la regulación de la<br />
temperatura, como un elevado ritmo de trabajo manual o el trabajo en entornos<br />
calientes y húmedos.<br />
En numerosas situaciones industriales, sin embargo, la exposición no será uniforme y la<br />
energía solo se absorberá en ciertas zonas del cuerpo, como las manos y las muñecas.<br />
Si se aplicara el límite relativo a todo el cuerpo en estas situaciones, podrían producirse<br />
daños térmicos en las zonas expuestas (ya que la energía absorbida se concentraría en<br />
una masa de tejido mucho menor). Por ello, la Directiva CEM también facilita valores<br />
límite de exposición referidos a partes del cuerpo.<br />
Estos valores se establecen con el fin de evitar un calentamiento excesivo de zonas<br />
sensibles del cuerpo, como el (cristalino del) ojo y los testículos (en el caso de los<br />
trabajadores varones). Se sabe también que el feto en desarrollo es muy sensible a<br />
los efectos de la hipertermia en la madre, por lo que la trabajadora embarazada debe<br />
recibir tratamiento de trabajadora con riesgos particulares.<br />
A las frecuencias más altas, de 6 GHz y superiores, los <strong>campos</strong> no penetran en el cuerpo<br />
en un grado significativo y el calentamiento se limita en su mayor parte a la piel. Se<br />
ofrecerá protección limitando la energía absorbida por una superficie reducida de piel.<br />
Los <strong>campos</strong> de radiofrecuencia pulsátiles pueden producir percepciones sensoriales<br />
en forma de efectos auditivos por microondas. El oído de una persona normal puede<br />
percibir <strong>campos</strong> pulsátiles modulados de frecuencias situadas entre los 200 MHz y los<br />
6,5 GHz. El sonido en cuestión suele describirse como un zumbido, un chasquido o un<br />
estallido, dependiendo de las características de modulación del campo. La duración de<br />
los pulsos para que pueda percibirse el campo suele ser del orden de unas decenas de<br />
microsegundos.<br />
Al igual que sucede con los <strong>campos</strong> eléctricos de baja frecuencia, existe el riesgo de<br />
recibir un choque o una quemadura si una persona situada dentro de un campo de alta<br />
frecuencia toca un objeto conductor. Este riesgo también se trata en la Directiva CEM.