01.12.2018 Views

Misterio en el Caribe-Agatha Christie

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Digitalizado por Kamparina para Biblioteca-irc <strong>en</strong> Agosto de 2.003<br />

aparcami<strong>en</strong>to de coches...<br />

— Sí.<br />

— ¿Divisó usted a algui<strong>en</strong> <strong>en</strong> ese camino a que he aludido?<br />

— Por él avanzaba la señora Dyson con su marido y también los<br />

señores Hillingdon.<br />

— ¿No vio a nadie más?<br />

— No... Desde luego, su «bungalow» caería asimismo d<strong>en</strong>tro de su<br />

campo visual...<br />

— ¡Ah! Entonces nos vemos obligados a incluir otra pareja <strong>en</strong> <strong>el</strong><br />

grupo: Esther Walters y Jackson, mi ayuda de cámara. ¿ Le parece<br />

bi<strong>en</strong>? Cualquiera de los dos, supongo, pudo salir d<strong>el</strong> «bungalow» y<br />

volver a <strong>en</strong>trar inmediatam<strong>en</strong>te sin que usted lo advirtiera.<br />

— Quizá... Yo no miré <strong>en</strong> seguida.<br />

— T<strong>en</strong>emos a los Dyson, los Hillingdon, Esther y Jackson... Uno de<br />

<strong>el</strong>los es <strong>el</strong> criminal. También podría ser agregado yo a esa lista —<br />

dijo mister Rafi<strong>el</strong>.<br />

Miss Marple sonrió levem<strong>en</strong>te al oír sus últimas palabras.<br />

— Palgrave se refirió a un asesino, concretam<strong>en</strong>te, ¿no? ¿A un<br />

hombre, verdad ?<br />

— Sí.<br />

— Perfectam<strong>en</strong>te. Eso nos obliga a prescindir de Ev<strong>el</strong>yn Hillingdon,<br />

de Lucky y de Esther Walters. Así, pues, <strong>el</strong> criminal, suponi<strong>en</strong>do<br />

que todas las ins<strong>en</strong>sateces e hipótesis anteriores sean ciertas, hay<br />

que buscarlo <strong>en</strong>tre Dyson, Hillingdon y mi querido Jackson, <strong>el</strong><br />

individuo de las bu<strong>en</strong>as palabras...<br />

— Se ha olvidado de usted mismo — señaló miss Marple.<br />

Mister Rafi<strong>el</strong> no hizo <strong>el</strong> m<strong>en</strong>or caso de su mal int<strong>en</strong>cionada<br />

observación.<br />

— No diga cosas que pued<strong>en</strong> irritarme... — se limitó a indicar a miss<br />

Marple— . Le confesaré algo que me produce una gran extrañeza y<br />

<strong>en</strong> la cual usted no ha reparado, creo. Si <strong>el</strong> asesino era uno de esos<br />

tres hombres, ¿por qué diablos no lo reconoció Palgrave antes?<br />

Todos se habrían visto infinidad de veces a lo largo de las dos<br />

semanas preced<strong>en</strong>tes. ¿No le parece que eso no ti<strong>en</strong>e s<strong>en</strong>tido?<br />

— Sí, sí puede t<strong>en</strong>erlo — opinó miss Marple.<br />

— Explíqueme eso.<br />

— Ciñéndonos a la historia referida por Palgrave hemos de t<strong>en</strong>er <strong>en</strong><br />

cu<strong>en</strong>ta que aquél no había visto jamás al hombre de la fotografía. El<br />

r<strong>el</strong>ato le fue hecho al comandante por un médico. Éste le regaló la<br />

instantánea a título de curiosidad. Es posible que Palgrave la mirase<br />

con at<strong>en</strong>ción cuando fue puesta <strong>en</strong> sus manos, pero luego se la<br />

guardaría <strong>en</strong> la cartera, <strong>en</strong>tre otros pap<strong>el</strong>es, convertida <strong>en</strong> un<br />

recuerdo más. Ocasionalm<strong>en</strong>te, quizá, mostraría la cartulina a aqu<strong>el</strong>

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!