Misterio en el Caribe-Agatha Christie
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Digitalizado por Kamparina para Biblioteca-irc <strong>en</strong> Agosto de 2.003<br />
— Mister Rafi<strong>el</strong> parece pesar poco, pero la verdad es que t<strong>en</strong>go este<br />
brazo <strong>en</strong>tumecido. No la he visto <strong>en</strong> toda la tarde, miss Marple.<br />
— He estado haci<strong>en</strong>do compañía a Molly K<strong>en</strong>dal — explicó miss<br />
Marple-. Da la impresión de <strong>en</strong>contrarse muchísimo mejor.<br />
— Si quiere usted saber mi opinión, le diré que no creo que le<br />
pasara nada grave -declaró Esther Walters.<br />
Miss Marple <strong>en</strong>arcó las cejas. Esther había hablado <strong>en</strong> un tono<br />
decididam<strong>en</strong>te seco.<br />
— Pero <strong>en</strong>tonces... Usted pi<strong>en</strong>sa que su int<strong>en</strong>to de suicidio...<br />
— Yo no creo que hubiese ningún int<strong>en</strong>to de suicidio, s<strong>en</strong>cillam<strong>en</strong>te<br />
— repuso Esther Walters— . No he creído ni por un mom<strong>en</strong>to que<br />
ingiriese una dosis excesiva de somnífero y estimo que <strong>el</strong> doctor<br />
Graham pi<strong>en</strong>sa igual que yo.<br />
— Esa afirmación suya despierta mi interés. ¿En qué basa sus<br />
manifestaciones?<br />
— Estoy conv<strong>en</strong>cida de que no me equivoco. ¡Oh! Se trata de algo<br />
que sucede muy a m<strong>en</strong>udo. Es un procedimi<strong>en</strong>to tan eficaz como<br />
cualquier otro de llamar la at<strong>en</strong>ción.<br />
— «¿Estarás pesaroso cuando yo haya muerto?» — citó miss<br />
Marple.<br />
— Una cosa por <strong>el</strong> estilo — replicó Esther Walters inmediatam<strong>en</strong>te— .<br />
Sin embargo, me inclino a p<strong>en</strong>sar que <strong>en</strong> este caso particular se<br />
trataba de algo distinto. Lo que ha insinuado usted es lo que sucede<br />
<strong>en</strong> un matrimonio cuando <strong>el</strong> marido es ligero de cascos y la esposa<br />
está muy <strong>en</strong>amorada de él.<br />
— ¿Es que no cree usted que Molly esté <strong>en</strong>amorada de Tim?<br />
— ¿Usted sí? — inquirió Esther Walters.<br />
Miss Marple consideró det<strong>en</strong>idam<strong>en</strong>te aqu<strong>el</strong>las dos palabras y <strong>el</strong><br />
tono con que había sido formulada la pregunta.<br />
— Yo me había figurado que sí, quizás erróneam<strong>en</strong>te — contestó.<br />
Esther esbozó una sonrisita irónica.<br />
— Sepa que me he <strong>en</strong>terado de algunas cosas respecto a su<br />
persona... -dijo.<br />
— ¿Gracias a la señorita Prescott?<br />
— ¡Oh!, llegaron a mi conocimi<strong>en</strong>to por muy diversos conductos.<br />
Hay un hombre por <strong>en</strong> medio... Algui<strong>en</strong> a qui<strong>en</strong> Molly quiso mucho,<br />
pero que se vio rechazado por sus familiares.<br />
— Sí. Estoy <strong>en</strong>terada de eso.<br />
— Más tarde, Molly contrajo matrimonio con Tim. Tal vez sintiese<br />
por él gran afecto <strong>en</strong> cierto modo. Pero <strong>el</strong> «otro» no r<strong>en</strong>unció. En<br />
más de una ocasión me he preguntado: ¿Habrá sido capaz de<br />
seguirla hasta aquí?<br />
— Es posible. Y..., ¿quién, quién es ese hombre?