Misterio en el Caribe-Agatha Christie
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Digitalizado por Kamparina para Biblioteca-irc <strong>en</strong> Agosto de 2.003<br />
Un año o dos, pongamos. ¿Cómo diablos va a preocupar eso al<br />
sujeto <strong>en</strong> cuestión? No exist<strong>en</strong> pruebas... Hay, todo lo más,<br />
habladurías, circulando por diversos sitios, una historia de tercera<br />
mano. Incluso hubiera podido admitir la semejanza, com<strong>en</strong>tando<br />
despreocupadam<strong>en</strong>te: «Pues es verdad que me parezco a ése de la<br />
fotografía, ti<strong>en</strong>e gracia. Qué coincid<strong>en</strong>cia, ¿eh?» Nadie hubiera<br />
aceptado la suger<strong>en</strong>cia de Palgrave <strong>en</strong> serio. El hombre no ti<strong>en</strong>e<br />
por qué temer nada, absolutam<strong>en</strong>te nada. De haberse formalizado<br />
una acusación hubiera podido reírse de <strong>el</strong>la tranquilam<strong>en</strong>te. ¿Por<br />
qué demonios decidió asesinar a Palgrave? Me parece un crim<strong>en</strong><br />
innecesario. Pi<strong>en</strong>se <strong>en</strong> eso...<br />
— Ya pi<strong>en</strong>so, ya, <strong>en</strong> ese extremo — replicó miss Marple— . Y por tal<br />
motivo no puedo estar de acuerdo con usted. He ahí la causa de<br />
que yo me <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tre tan nerviosa, tan desasosegada. Hasta tal<br />
punto es cierto esto, que anoche no llegué a pegar un ojo.<br />
Mister Rafi<strong>el</strong> escrutó su rostro.<br />
— Veamos qué es lo que está pasando por su cabeza <strong>en</strong> estos<br />
mom<strong>en</strong>tos...<br />
— Es posible que esté equivocada — manifestó miss Marple,<br />
vacilando.<br />
— Es lo más probable — confirmó mister Rafi<strong>el</strong>, con su habitual falta<br />
de cortesía-. De todos modos, déjeme oír lo que ha estado usted<br />
madurando a lo largo de las horas de la madrugada.<br />
— Existiría un móvil perfectam<strong>en</strong>te fundam<strong>en</strong>tado si...<br />
— Si... ¿qué?<br />
— Si d<strong>en</strong>tro de poco, d<strong>en</strong>tro de muy poco tiempo, t<strong>en</strong>ía que haber<br />
otro asesinato.<br />
Mister Rafi<strong>el</strong> reflexionó. Luego int<strong>en</strong>tó ponerse más cómodo <strong>en</strong> su<br />
silla.<br />
— Acláreme eso.<br />
— ¡Oh! ¡Soy tan torpe a la hora de dar explicaciones! — Miss Marple<br />
hablaba atrop<strong>el</strong>ladam<strong>en</strong>te y con alguna incoher<strong>en</strong>cia. T<strong>en</strong>ía las<br />
mejillas arreboladas— . Supongamos que algui<strong>en</strong> había planeado<br />
cometer un crim<strong>en</strong>. Usted recordará que <strong>en</strong> su historia <strong>el</strong><br />
comandante Palgrave se refirió a un hombre cuya esposa murió <strong>en</strong><br />
misteriosas circunstancias. Más ad<strong>el</strong>ante, transcurrido cierto tiempo<br />
hubo otro crim<strong>en</strong> que pres<strong>en</strong>taba idénticas características. Un<br />
hombre que llevaba otro ap<strong>el</strong>lido estaba casado con una mujer que<br />
falleció <strong>en</strong> condiciones parecidas y <strong>el</strong> doctor que contaba esto le<br />
id<strong>en</strong>tificó como <strong>el</strong> mismo sujeto pese a haber cambiado de nombre.<br />
Bu<strong>en</strong>o. Todo indica, ¿verdad?, que <strong>el</strong> criminal pert<strong>en</strong>ecía al tipo de<br />
los que repit<strong>en</strong> sus procedimi<strong>en</strong>tos...<br />
— Sí. Se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran anteced<strong>en</strong>tes de aquél, tanto <strong>en</strong> la literatura