Misterio en el Caribe-Agatha Christie
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Digitalizado por Kamparina para Biblioteca-irc <strong>en</strong> Agosto de 2.003<br />
junto a la cama. Las dos de la madrugada. Las dos. Y a todo esto<br />
fuera se notaba cierta actividad. Miss Marple abandonó la cama<br />
embutiéndose <strong>en</strong> su bata, tras haber introducido los pies <strong>en</strong> las<br />
zapatillas. Rodeó su cabeza con una bufanda de lana y salió d<strong>el</strong><br />
dormitorio. Distinguió a varias personas que se movían por los<br />
alrededores, provistas de linternas. Entre <strong>el</strong>las descubrió al<br />
canónigo Prescott, al cual se acercó para preguntarle:<br />
— ¿Qué pasa?<br />
— ¡Oh! ¿Es usted, miss Marple? Buscamos a la señora K<strong>en</strong>dal. Su<br />
esposo se despertó, advirti<strong>en</strong>do <strong>en</strong>tonces que había abandonado <strong>el</strong><br />
lecho, desapareci<strong>en</strong>do... Lo estamos registrando todo.<br />
El canónigo Prescott se alejó de <strong>el</strong>la a bu<strong>en</strong> paso. Miss Marple echó<br />
a andar maquinalm<strong>en</strong>te tras aquél. ¿Adonde habría ido Molly?<br />
¿Cuál había sido <strong>el</strong> motivo de su decisión? Existía la posibilidad de<br />
que lo hubiese planeado todo de antemano... ¿Habíase propuesto<br />
escapar de allí tan pronto se viera m<strong>en</strong>os vigilada, aprovechando <strong>el</strong><br />
sueño de su esposo? ¿Con qué fin? ¿Es que había por <strong>en</strong> medio,<br />
como Esther Walters sugiriera insist<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te, otro hombre? En<br />
caso afirmativo, ¿quién podría ser él? ¿O es que había otra causa<br />
más misteriosa?<br />
Miss Marple continuó andando, escudriñando <strong>en</strong>tre los arbustos que<br />
hallaban al paso. Inesperadam<strong>en</strong>te, oyó una débil llamada:<br />
— Aquí... Por aquí...<br />
La voz, p<strong>en</strong>só miss Marple, procedía de un punto situado <strong>en</strong> las<br />
inmediaciones de la pequeña cascada que quedaba tras <strong>el</strong> hot<strong>el</strong>. La<br />
corri<strong>en</strong>te de agua se <strong>en</strong>caminaba desde allí al mar, directam<strong>en</strong>te.<br />
Miss Marple empezó a moverse con toda la c<strong>el</strong>eridad que le<br />
permitían sus torpes piernas.<br />
A Molly no la buscaban tantas personas como se figurase <strong>en</strong> un<br />
principio. La mayor parte de los huéspedes d<strong>el</strong> hot<strong>el</strong> debían estar<br />
durmi<strong>en</strong>do. Miss Marple divisó unas figuras. Algui<strong>en</strong> pasó corri<strong>en</strong>do<br />
a un lado, <strong>en</strong> dirección a las mismas. Era Tim K<strong>en</strong>dal. Un minuto<br />
después oyó su voz.<br />
Finalm<strong>en</strong>te, miss Marple logró incorporarse al pequeño grupo.<br />
Formaban parte de éste uno de los camareros cubanos, Ev<strong>el</strong>yn<br />
Hillingdon y dos de las donc<strong>el</strong>las indíg<strong>en</strong>as. Habíanse apartado un<br />
poco para permitir <strong>el</strong> paso a Tim. Miss Marple llegó allí <strong>en</strong> <strong>el</strong><br />
instante <strong>en</strong> que K<strong>en</strong>dal se agachaba para mirar...<br />
— Molly...<br />
L<strong>en</strong>tam<strong>en</strong>te, <strong>el</strong> jov<strong>en</strong> se hincó de rodillas <strong>en</strong> <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o. Miss Marple<br />
vio <strong>en</strong>tonces con toda claridad <strong>el</strong> cuerpo de la muchacha, t<strong>en</strong>dida<br />
<strong>en</strong> <strong>el</strong> cauce, con <strong>el</strong> rostro boca abajo inmediatam<strong>en</strong>te debajo de la<br />
superficie d<strong>el</strong> agua. Sus rubios cab<strong>el</strong>los habían quedado ext<strong>en</strong>didos