Misterio en el Caribe-Agatha Christie
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Digitalizado por Kamparina para Biblioteca-irc <strong>en</strong> Agosto de 2.003<br />
Esther hizo un gesto, d<strong>en</strong>egando, un gesto que d<strong>el</strong>ataba una<br />
confianza absoluta <strong>en</strong> sí misma.<br />
— Eso no sucederá, miss Marple.<br />
— He aquí algo acerca de lo cual no puede usted abrigar la m<strong>en</strong>or<br />
seguridad.<br />
— Se equivoca. Y, sea como sea, no puedo compr<strong>en</strong>der quién... —<br />
la señora Walters frunció <strong>el</strong> ceño-. Tal vez eso — añadió,<br />
inconsecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te, al parecer— sea considerado también un<br />
caso de «responsabilidad disminuida». Quizá no se puede evitar...<br />
Sí, claro, por <strong>el</strong> hecho de tratarse de una criatura m<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te<br />
desequilibrada. ¡Oh! No sé a qué at<strong>en</strong>erme... Lo mejor sería que<br />
<strong>el</strong>la se marchase con qui<strong>en</strong> fuera... Los demás nos esforzaríamos<br />
luego por olvidar ciertas cosas.<br />
Esther consultó su r<strong>el</strong>oj de pulsera, reprimi<strong>en</strong>do una exclamación de<br />
asombro. Púsose <strong>en</strong> pie.<br />
— T<strong>en</strong>go que ir a cambiarme de ropa todavía.<br />
Y se dirigió hacia la casa.<br />
Miss Marple fijó p<strong>en</strong>sativa la mirada <strong>en</strong> su figura mi<strong>en</strong>tras se<br />
alejaba. Sus palabras se le habían antojado bastante <strong>en</strong>igmáticas...<br />
¿Atribuía aquélla acaso la responsabilidad de la muerte d<strong>el</strong><br />
comandante Palgrave y de Victoria Johnson a una mujer? De sus<br />
palabras parecía deducirse eso. Miss Marple continuó<br />
reflexionando...<br />
— ¡Hombre! Aquí t<strong>en</strong>emos a miss Marple, s<strong>en</strong>tada tranquilam<strong>en</strong>te,<br />
sola... y sin hacer su habitual labor de aguja.<br />
El doctor Graham, a qui<strong>en</strong> había estado buscando infructuosam<strong>en</strong>te<br />
largo rato, acababa de expresarse <strong>en</strong> aqu<strong>el</strong>los términos.<br />
Espontáneam<strong>en</strong>te, se disponía a s<strong>en</strong>tarse fr<strong>en</strong>te a <strong>el</strong>la, seguro que<br />
con <strong>el</strong> propósito de hacerle compañía unos minutos. Miss Marple se<br />
dijo que su charla sería breve, ya que él t<strong>en</strong>dría que ir a su<br />
«bungalow» para cambiarse de traje, con vistas a la c<strong>en</strong>a, y solía<br />
ser de los huéspedes que se pres<strong>en</strong>taban a primera hora <strong>en</strong> <strong>el</strong><br />
comedor. Com<strong>en</strong>zó explicándole que se había pasado la tarde junto<br />
al lecho de Molly K<strong>en</strong>dal.<br />
-Me extraña muchísimo que haya podido recuperarse tan<br />
rápidam<strong>en</strong>te — declaró luego.<br />
-Bu<strong>en</strong>o... No hay por qué sorpr<strong>en</strong>derse. En realidad, ¿sabe, usted?,<br />
no ingirió una dosis exagerada de somnífero.<br />
-¿Cómo es eso? Yo t<strong>en</strong>ía <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido que se había tomado medio<br />
frasco de píldoras.<br />
En <strong>el</strong> rostro d<strong>el</strong> doctor Graham apareció una sonrisa de indulg<strong>en</strong>cia.<br />
-Yo no pi<strong>en</strong>so que tomara tantas. Me atrevería a decir que <strong>en</strong> un<br />
principio, probablem<strong>en</strong>te, eso fue lo que se propuso. Después, sin