Misterio en el Caribe-Agatha Christie
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Digitalizado por Kamparina para Biblioteca-irc <strong>en</strong> Agosto de 2.003<br />
-En mi opinión, aquéllos no procedieron como debían — declaró<br />
miss Marple-. Con semejante conducta lo único que se logra es que<br />
las chicas no se r<strong>el</strong>acion<strong>en</strong> con los muchachos más indicados para<br />
<strong>el</strong>las.<br />
-Sí, eso es lo que pasa.<br />
-Yo misma recuerdo que <strong>en</strong> cierta ocasión...<br />
Miss Marple evocó cierto episodio de su juv<strong>en</strong>tud. En una reunión<br />
había conocido a un chico... que le había parecido amable <strong>en</strong> sumo<br />
grado, alegre. Contra todo lo esperado, y después de haber<br />
frecu<strong>en</strong>tado su trato, al visitarle más de una vez, había descubierto<br />
que era un hombre aburrido, muy aburrido.<br />
El canónigo daba la impresión de haberse adormecido de nuevo y<br />
miss Marple abordó <strong>el</strong> tema que había estado ansiando tratar a lo<br />
largo de aqu<strong>el</strong>la conversación.<br />
-Desde luego, usted parece saber mucho acerca de este lugar —<br />
murmuró— . Son ya varios los años que vi<strong>en</strong><strong>en</strong> por aquí, ¿no?<br />
-Tres, exactam<strong>en</strong>te. Nos gusta St. Honoré. Siempre damos con<br />
g<strong>en</strong>te muy agradable. No se v<strong>en</strong> por estos parajes los<br />
deslumbrantes nuevos ricos que una <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> cualquier otra<br />
parte.<br />
-Así, pues, me figuro que conoc<strong>en</strong> bi<strong>en</strong> a los Hillingdon y a los<br />
Dyson...<br />
-Sí, sí. Bastante bi<strong>en</strong>.<br />
Miss Marple tosió discretam<strong>en</strong>te, bajando la voz.<br />
-El comandante Palgrave me refirió una interesante historia -dijo.<br />
-Contaba con un verdadero repertorio de <strong>el</strong>las, ¿verdad que sí?<br />
Claro, ¡había viajado tanto! Conocía África, India, China, incluso, me<br />
parece.<br />
-En efecto -confirmó miss Marple-. Pero yo no me refería a uno de<br />
sus típicos r<strong>el</strong>atos. La historia a que he aludido afectaba... ¡ejem...!,<br />
afectaba a una de las personas que acabo de m<strong>en</strong>cionar.<br />
-¡Oh! -exclamó la señorita Prescott, simplem<strong>en</strong>te.<br />
-Sí. Yo me pregunto ahora... -miss Marple paseó la mirada por toda<br />
la playa, det<strong>en</strong>iéndola <strong>en</strong> la grácil figura de Lucky, que continuaba<br />
tostándose paci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te la espalda-. Un color mor<strong>en</strong>o muy bonito<br />
<strong>el</strong> suyo, ¿eh? -observó-. En cuanto a sus cab<strong>el</strong>los... Son preciosos,<br />
verdaderam<strong>en</strong>te. Ti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>el</strong> mismo tono que los de Molly K<strong>en</strong>dal,<br />
¿no cree usted?<br />
-La única difer<strong>en</strong>cia que hay <strong>en</strong>tre las dos cab<strong>el</strong>leras es que <strong>el</strong><br />
matiz de la de Molly es natural, <strong>en</strong> tanto que la otra ti<strong>en</strong>e que<br />
recurrir a la química para lograr un color semejante — se apresuró a<br />
subrayar la señorita Prescott.<br />
-Pero... ¡Joan! -protestó <strong>el</strong> canónigo, despertando cuando m<strong>en</strong>os lo