Misterio en el Caribe-Agatha Christie
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Digitalizado por Kamparina para Biblioteca-irc <strong>en</strong> Agosto de 2.003<br />
fascinante.<br />
Miss Marple fue recordando <strong>en</strong>tonces una serie de am<strong>en</strong>os<br />
incid<strong>en</strong>tes: <strong>el</strong> error de la señora Linnet con su frasco de jarabe para<br />
la tos; <strong>el</strong> extraño comportami<strong>en</strong>to d<strong>el</strong> jov<strong>en</strong> Polegate; la extraña<br />
esc<strong>en</strong>a que tuvo lugar <strong>en</strong>tre aquél y la madre de Georgy Wood; la<br />
causa real de la riña <strong>en</strong>tre Joe Ard<strong>en</strong> y su esposa. ¡Cuántos y qué<br />
variados problemas había podido suponer! Y todos <strong>el</strong>los habíanle<br />
proporcionado motivos más que sobrados para horas y horas de<br />
reflexión. Bi<strong>en</strong>. Tal vez surgiera allí algún asunto raro <strong>en</strong> <strong>el</strong> que... <strong>en</strong><br />
<strong>el</strong> que meter la nariz.<br />
Con un ligero sobresalto comprobó que <strong>el</strong> comandante Palgrave<br />
había abandonado K<strong>en</strong>ya, trasladándose rápidam<strong>en</strong>te a la frontera<br />
d<strong>el</strong> noroeste. Refería a la sazón sus experi<strong>en</strong>cias como subalterno.<br />
Desgraciadam<strong>en</strong>te, le acababa de preguntar con toda formalidad:<br />
— ¿No está usted de acuerdo conmigo?<br />
La práctica permitió a miss Marple salir airosa de aqu<strong>el</strong> mal paso.<br />
— Creo que no poseo sufici<strong>en</strong>te experi<strong>en</strong>cia para poder juzgar.<br />
Estimo que mi vida ha sido demasiado rutinaria para opinar.<br />
— Es natural, querida señora, es natural — dijo <strong>el</strong> comandante<br />
Palgrave, siempre at<strong>en</strong>to.<br />
— Usted sí que ha llevado una exist<strong>en</strong>cia movida — replicó miss<br />
Marple, decidida a <strong>en</strong>m<strong>en</strong>darse a sí misma la plana, por sus<br />
distracciones anteriores pl<strong>en</strong>am<strong>en</strong>te voluntarias.<br />
— No ha sido mala d<strong>el</strong> todo — manifestó Palgrave, complacido. A<br />
continuación echó un vistazo a su alrededor— . Hermoso lugar éste,<br />
¿verdad? — com<strong>en</strong>tó.<br />
— En efecto — miss Marple no supo evitar la pregunta que <strong>en</strong>tonces<br />
le vino a los labios— . ¿No pasa nunca nada aquí, comandante?<br />
Palgrave observó con at<strong>en</strong>ción a su interlocutora.<br />
— Pues sí, sí que pasa. Los escándalos abundan... Bu<strong>en</strong>o, yo<br />
podría contarle...<br />
Pero miss Marple no se s<strong>en</strong>tía interesada por tales cosas. Lo que <strong>el</strong><br />
comandante Palgrave acababa de llamar «escándalos» no<br />
pres<strong>en</strong>taban nada de particular. Tratábase <strong>en</strong> resumidas cu<strong>en</strong>tas de<br />
hombres y mujeres que cambiaban de pareja y reclamaban la<br />
at<strong>en</strong>ción de los demás sobre tal hecho <strong>en</strong> vez de esforzarse por<br />
disimular y s<strong>en</strong>tirse avergonzados de sí mismos.<br />
— Incluso hubo un crim<strong>en</strong> aquí hace un par de años. Se habló de un<br />
hombre llamado Harry Western. Los periódicos, con tal motivo,<br />
publicaron informaciones s<strong>en</strong>sacionales. ¿No lo recuerda?<br />
Miss Marple asintió sin <strong>el</strong> m<strong>en</strong>or <strong>en</strong>tusiasmo. No. No había sido<br />
aqu<strong>el</strong> tipo de crim<strong>en</strong> d<strong>el</strong> ord<strong>en</strong> de los que despertaban su interés.<br />
Su carácter s<strong>en</strong>sacional nació d<strong>el</strong> hecho de que los principales