Misterio en el Caribe-Agatha Christie
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Digitalizado por Kamparina para Biblioteca-irc <strong>en</strong> Agosto de 2.003<br />
olvide que <strong>el</strong> tiempo para los ingleses es un tema muy socorrido de<br />
conversación... ¡Vaya! Me he equivocado de ovillo.<br />
Miss Marple depositó su bolso sobre una mesita próxima y echó a<br />
andar a toda prisa <strong>en</strong> dirección a su «bungalow».<br />
— ¡Jackson! -chilló mister Rafi<strong>el</strong>.<br />
El ayuda de cámara acudió <strong>en</strong> seguida.<br />
— Llévame al «bungalow» — le ord<strong>en</strong>ó <strong>el</strong> anciano— . Quiero que me<br />
dé masaje ahora, antes de que vu<strong>el</strong>va esa charlatana por aquí.<br />
Claro que por eso no me voy a s<strong>en</strong>tir mejor... — añadió con su<br />
sequedad de costumbre.<br />
Jackson, con sumo cuidado y no poca habilidad, ayudó a mister<br />
Rafi<strong>el</strong> a ponerse <strong>en</strong> pie. Unos minutos después, ambos hombres se<br />
perdían <strong>en</strong> <strong>el</strong> interior de la casita.<br />
Esther Walters se había quedado mirándole. Luego volvió la<br />
cabeza. Miss Marple regresaba, portadora de un ovillo de lana de<br />
otro color, s<strong>en</strong>tándose a su lado.<br />
— Espero no molestarla — dijo mirando a la secretaria de mister<br />
Rafi<strong>el</strong>.<br />
— De ningún modo — respondió Esther— . D<strong>en</strong>tro de poco habré de<br />
marcharme porque t<strong>en</strong>go que pasar unas cartas a máquina, pero<br />
quiero disfrutar todavía de unos minutos más de sol.<br />
Miss Marple com<strong>en</strong>zó a hablarle, aprovechando <strong>el</strong> primer pretexto<br />
que se le ocurrió. Entretanto, estudió at<strong>en</strong>tam<strong>en</strong>te a su oy<strong>en</strong>te. No<br />
era ésta una mujer deslumbrante, pero podría resultar atractiva, si<br />
se lo propusiera. Miss Marple se preguntó por qué razón no lo<br />
int<strong>en</strong>taba. Tal vez fuera porque a mister Rafi<strong>el</strong> le hubiese<br />
disgustado eso. Ahora bi<strong>en</strong>, miss Marple estaba conv<strong>en</strong>cida de que<br />
a <strong>el</strong>la <strong>el</strong> anciano le t<strong>en</strong>ía completam<strong>en</strong>te sin cuidado. Había que<br />
p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong> otra cosa... En efecto, aqu<strong>el</strong> viejo vivía tan p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te de<br />
sí mismo, que <strong>en</strong> tanto se viera at<strong>en</strong>dido no le importaba nada,<br />
seguram<strong>en</strong>te, que su secretaria se ataviase, por ejemplo, como una<br />
hurí d<strong>el</strong> Paraíso mahometano. Por otro lado, mister Rafi<strong>el</strong> se<br />
acostaba normalm<strong>en</strong>te muy temprano. Durante las horas de la<br />
noche, los días <strong>en</strong> que había baile, Esther Walters podía haberse<br />
rev<strong>el</strong>ado a todos como una mujer nada desdeñable, <strong>en</strong> una versión<br />
moderna y parcial de la famosa C<strong>en</strong>ici<strong>en</strong>ta... Miss Marple p<strong>en</strong>só <strong>en</strong><br />
todo esto, mi<strong>en</strong>tras r<strong>el</strong>ataba a la dama su visita a Jamestown.<br />
Hábilm<strong>en</strong>te, luego, <strong>en</strong>focó la conversación sobre Jackson, <strong>en</strong><br />
r<strong>el</strong>ación con <strong>el</strong> cual, Esther Walters se mostró muy vaga.<br />
— Es muy compet<strong>en</strong>te — manifestó— . Se ve <strong>en</strong> él un masajista muy<br />
experim<strong>en</strong>tado.<br />
— Imagino que hace ya mucho tiempo que trabaja para mister<br />
Rafi<strong>el</strong>...