Misterio en el Caribe-Agatha Christie
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Digitalizado por Kamparina para Biblioteca-irc <strong>en</strong> Agosto de 2.003<br />
— No. Eso agravaría la situación.<br />
— ¿Qué pasa con la familia de su mujer?<br />
— Nada que sea nuevo. Molly es muy severa, ti<strong>en</strong>e otro carácter, y<br />
no se ha llevado nunca bi<strong>en</strong> con los suyos, especialm<strong>en</strong>te con su<br />
madre. Compon<strong>en</strong> una familia... rara, más bi<strong>en</strong>, <strong>en</strong> ciertos aspectos.<br />
Molly decidió finalm<strong>en</strong>te, hace tiempo, romper con todos. Fue una<br />
medida acertada, sin lugar a dudas.<br />
Ev<strong>el</strong>yn apuntó, vacilante:<br />
— De vez <strong>en</strong> cuando, Molly sufre ataques de amnesia, a juzgar por<br />
lo que <strong>el</strong>la me contó. La g<strong>en</strong>te le da miedo. Padece frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te<br />
<strong>en</strong> cierto modo de manía persecutoria.<br />
— ¡No diga usted eso! — exclamó Tim, <strong>en</strong>fadado— . ¡Manía<br />
persecutoria! Son muchos los que hablan así refiriéndose a otros.<br />
No ocurre más que esto: Molly está nerviosa... Nunca había vivido<br />
<strong>en</strong> estas tierras, las fabulosas Indias Occid<strong>en</strong>tales. Ve muchos<br />
rostros oscuros a su alrededor. Ya sabe usted que se han inv<strong>en</strong>tado<br />
innumerables historias sobre la g<strong>en</strong>te de estas islas y la tierra <strong>en</strong><br />
que viv<strong>en</strong>.<br />
— Pero ese sobresalto continuo <strong>en</strong> que ahora vive Molly...<br />
— La g<strong>en</strong>te se asusta de las cosas más extrañas y dispares. Hay<br />
qui<strong>en</strong> sería capaz de vivir <strong>en</strong> una habitación ll<strong>en</strong>a de gatos. Y hay<br />
qui<strong>en</strong> se desmaya cuando le cae <strong>en</strong>cima una insignificante<br />
sanguiju<strong>el</strong>a.<br />
— Me desagrada hacerle esta propuesta, pero... ¿no cree<br />
conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te llevar a Molly a un psiquiatra?<br />
— ¡No! -respondió Tim, viol<strong>en</strong>to-. No cons<strong>en</strong>tiré que ese tipo de<br />
farsantes la conviertan <strong>en</strong> un conejillo de Indias. Esa g<strong>en</strong>te agrava<br />
la situación de sus <strong>en</strong>fermos. Si su madre hubiese abandonado a<br />
los psiquiatras a tiempo...<br />
— Así pues, ¿sufrió la madre de su mujer trastornos m<strong>en</strong>tales? ¿Ha<br />
habido <strong>en</strong> su familia casos de... desequilibrio?<br />
Ev<strong>el</strong>yn había escogido con todo cuidado esta última palabra.<br />
— No quiero hablar de <strong>el</strong>lo. Separé a Molly de toda su g<strong>en</strong>te y<br />
siempre se ha <strong>en</strong>contrado bi<strong>en</strong>. Últimam<strong>en</strong>te se ha dejado llevar<br />
demasiado de sus nervios... Pero, bu<strong>en</strong>o, esas cosas, además, no<br />
son hereditarias. Esto lo sabe todo <strong>el</strong> mundo hoy <strong>en</strong> día. Molly es<br />
una mujer perfectam<strong>en</strong>te normal. Es que... ¡Oh! Yo creo que fue la<br />
muerte de Palgrave <strong>el</strong> orig<strong>en</strong> de sus actuales trastornos.<br />
— Ya compr<strong>en</strong>do — contestó Ev<strong>el</strong>yn p<strong>en</strong>sativam<strong>en</strong>te— . Pero, ¿qué<br />
preocupaciones podía acarrear a nadie <strong>el</strong> fallecimi<strong>en</strong>to d<strong>el</strong><br />
comandante?<br />
— Ti<strong>en</strong>e usted razón, Ev<strong>el</strong>yn. Sin embargo, no hay que negar que<br />
las muertes rep<strong>en</strong>tinas siempre resultan impresionantes.