Misterio en el Caribe-Agatha Christie
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Digitalizado por Kamparina para Biblioteca-irc <strong>en</strong> Agosto de 2.003<br />
— No recuerdo... Ha sido una cosa gradual. Y paso por otras<br />
pruebas también.<br />
— ¿Qué clase de pruebas?<br />
— Hay ocasiones <strong>en</strong> que no me acuerdo de nada por unos<br />
mom<strong>en</strong>tos.<br />
— Es decir, sufres algo así como una amnesia temporal, ¿verdad?<br />
— Sí, eso debe ser. En tales instantes no me es posible recordar<br />
qué hice una hora o dos antes.<br />
— ¿Cuándo su<strong>el</strong><strong>en</strong> pasarte esas cosas?<br />
— A cualquier hora d<strong>el</strong> día. Si<strong>en</strong>to como si hubiera estado <strong>en</strong> otros<br />
sitios, dici<strong>en</strong>do o haci<strong>en</strong>do algo que no consigo recordar, <strong>en</strong><br />
compañía de otras personas.<br />
Ev<strong>el</strong>yn estaba verdaderam<strong>en</strong>te impresionada.<br />
— Querida Molly: debieras ir a ver cuanto antes a un médico.<br />
— No, no. No quiero ver a ningún médico. ¡Ni hablar de eso, Ev<strong>el</strong>yn!<br />
Ésta escrutó <strong>el</strong> rostro de la jov<strong>en</strong>, tomando afectuosam<strong>en</strong>te una de<br />
sus manos <strong>en</strong>tre las suyas.<br />
— Es probable que todo lo que te asusta no sean más que<br />
figuraciones tuyas, Molly. Ya sabes que exist<strong>en</strong> trastornos nerviosos<br />
que no <strong>en</strong>cierran gravedad alguna. El médico a qui<strong>en</strong> consultaras te<br />
fijaría un tratami<strong>en</strong>to adecuado y podrías recuperarte <strong>en</strong> seguida.<br />
— Tal vez todo no fuera tan s<strong>en</strong>cillo como asegura usted. Quizá me<br />
dijera que lo que a mí me pasa es algo muy grave, lo cual aún me<br />
descorazonaría más.<br />
— Pero, criatura, ¿<strong>en</strong> qué te fundas para p<strong>en</strong>sar así?<br />
Molly guardó sil<strong>en</strong>cio de nuevo, respondi<strong>en</strong>do, de una manera más<br />
vacilante que nunca:<br />
— Sí, ya sé que no hay <strong>en</strong> mi caso un motivo que justifique tal<br />
suposición...<br />
— ¿Ti<strong>en</strong>es familia? ¿Vive tu madre? ¿Dispones de alguna<br />
hermana? ¿No podrían v<strong>en</strong>ir aquí para at<strong>en</strong>derte durante una<br />
temporada?<br />
— No puede contar con mi madre. Nunca me <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dí bi<strong>en</strong> con <strong>el</strong>la.<br />
T<strong>en</strong>go hermanas, sí. Están casadas, pero me imagino que v<strong>en</strong>drían<br />
aquí si yo las llamara, si tuviese necesidad de <strong>el</strong>las. No es mi<br />
propósito, sin embargo. No quiero saber nada de nadie... de nadie<br />
que no sea Tim.<br />
Ev<strong>el</strong>yn inquirió curiosa:<br />
— ¿Está <strong>en</strong>terado de todo esto Tim? ¿Le has puesto al corri<strong>en</strong>te?<br />
— Debo confesar que no — repuso Molly— . Pero le veo triste y tan<br />
preocupado como yo. Vive p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te de mis m<strong>en</strong>ores gestos. Se<br />
conduce como si int<strong>en</strong>tara ayudarme, como si pret<strong>en</strong>diera<br />
interponerse <strong>en</strong>tre mí y esos fantásticos <strong>en</strong>emigos de mis