Misterio en el Caribe-Agatha Christie
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Digitalizado por Kamparina para Biblioteca-irc <strong>en</strong> Agosto de 2.003<br />
cartera de bolsillo, murmurando como si se hablase consigo mismo:<br />
— Guardo aquí un montón de cosas... No sé por qué las llevo<br />
siempre <strong>en</strong>cima...<br />
Miss Marple creyó adivinar la causa. Aqu<strong>el</strong>los pap<strong>el</strong>es v<strong>en</strong>ían a ser<br />
las «exist<strong>en</strong>cias» d<strong>el</strong> almacén puram<strong>en</strong>te personal d<strong>el</strong> comandante.<br />
Así Palgrave podía ilustrar conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te su repertorio de<br />
historias. Miss Marple sospechaba que la que acababa de referirle<br />
había sido sustancialm<strong>en</strong>te distinta de su orig<strong>en</strong>. Probablem<strong>en</strong>te,<br />
con las sucesivas repeticiones había ido creci<strong>en</strong>do...<br />
El comandante continuaba hablando <strong>en</strong> voz baja todavía.<br />
— Me había olvidado por completo de este asunto... Ella era una<br />
mujer de bu<strong>en</strong> aspecto. Nunca se le ocurriría a uno sospechar...<br />
¿Dónde, dónde?... ¡Ah! Esto me hace p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong>... ¡Qué colmillos!<br />
T<strong>en</strong>go que <strong>en</strong>señarle...<br />
De <strong>en</strong>tre varios pap<strong>el</strong>es, Palgrave extrajo una pequeña fotografía<br />
que estudió unos segundos.<br />
— ¿Le agradaría ver la figura de un criminal?<br />
Iba a pasarle la cartulina a miss Marple cuando, de pronto, <strong>en</strong>cogió<br />
<strong>el</strong> brazo. En aqu<strong>el</strong> mom<strong>en</strong>to, <strong>el</strong> comandante Palgrave parecía más<br />
que nunca una rana hinchada. Estaba mirando, con los ojos muy<br />
fijos, por <strong>en</strong>cima d<strong>el</strong> hombro derecho de <strong>el</strong>la... A juzgar por <strong>el</strong> rumor<br />
de pasos y de voces, por allí se acercaba algui<strong>en</strong>.<br />
-¡Maldita sea! Bu<strong>en</strong>o, quería decir...<br />
Apresuradam<strong>en</strong>te, introdujo <strong>en</strong> su cartera todos los pap<strong>el</strong>es,<br />
devolviéndola a uno de los bolsillos de su chaqueta.<br />
EI tono purpúreo de su rostro se tornó más int<strong>en</strong>so. Luego,<br />
levantando la voz con cierta afectación, manifestó:<br />
- Como le estaba dici<strong>en</strong>do... Quería <strong>en</strong>señarle estos colmillos de<br />
<strong>el</strong>efante .. jamás se me volvió a pres<strong>en</strong>tar la oportunidad de<br />
disparar sobre un animal tan grande... ¡Ah! ¡Hola!<br />
Su voz sonaba <strong>en</strong>tonces falsam<strong>en</strong>te cordial.<br />
- ¡ Mire quién está aquí! El gran cuarteto... La flora y la fauna... Un<br />
día de suerte <strong>el</strong> de hoy, ¿verdad?<br />
Habían aparecido cuatro de los huéspedes d<strong>el</strong> hot<strong>el</strong>, a qui<strong>en</strong>es miss<br />
Marple conocía de vista. Eran dos matrimonios. Miss Marple no se<br />
hallaba familiarizada aún con sus nombres, pero adivinó que <strong>el</strong><br />
individuo fornido de la mata de cab<strong>el</strong>los grisácea era «Greg». La<br />
mujer rubia platino, su esposa, que era conocida con <strong>el</strong> nombre de<br />
Lucky. La otra pareja, Edward y Ev<strong>el</strong>yn, estaba formada,<br />
respectivam<strong>en</strong>te, por un hombre d<strong>el</strong>gado y mor<strong>en</strong>o y una mujer<br />
b<strong>el</strong>la, aunque maltratada por los años. Miss Marple había oído<br />
afirmar que eran botánicos, si bi<strong>en</strong> se interesaban también por las<br />
aves.