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Nuevas Miradas y Estrategias Para la Sostenibilidad en la Ciénaga Grande de Santa Marta<br />
Expansión de la guerrilla en el Magdalena: acuerdos<br />
vigentes y fallidos entre actores armados<br />
Entre 1982 y 1983 después de la VII conferencia<br />
de comandantes de las Fuerzas Armadas<br />
Revolucionarias de Colombia FARC, se decide<br />
la expansión de los grupos guerrilleros y<br />
aparecen los primeros frentes en el Magdalena.<br />
En concreto fue creado el Frente 19, que ejerció<br />
el control sobre la zona de influencia de la<br />
Ciénaga Grande de Santa Marta y la capital del<br />
departamento, como una parte del corredor<br />
que conectaba el sur del departamento del<br />
Cesar con la zona costera del Magdalena.<br />
Fueron creados varios núcleos en las cuencas<br />
de los ríos Fundación, Piedras, Aracataca, Sevilla<br />
y Río Frío, en los municipios de Fundación,<br />
Aracataca y Ciénaga; los cuales por un lado<br />
extorsionaban a ganaderos y empresarios de<br />
la Zona Bananera, y por otro lado buscaban<br />
apoyo o coaccionaban a los agricultores de<br />
la zona montañosa (Fig. 7.1) (Observatorio de<br />
Derechos Humanos y DIH, 2004).<br />
Los grupos guerrilleros pretendieron<br />
inicialmente obtener el apoyo tanto de los<br />
campesinos como de los narcotraficantes.<br />
A los campesinos les pedían apoyo político<br />
y logístico a cambio de solidaridad y apoyo<br />
ideológico en su lucha; mientras que a los<br />
nuevos narcotraficantes les pedían colaboración<br />
económica y neutralidad política a cambio de<br />
seguridad y orden local; inicialmente los apoyos<br />
fueron concedidos (Arenas, 2004). El interés<br />
de los nuevos narcotraficantes de contar con<br />
el apoyo de las clases políticas y económicas<br />
de la región, que estaban sufriendo la presión<br />
de los guerrilleros y el descontento social de<br />
los campesinos, motivó que se rompieran los<br />
pactos entre la guerrilla y los narcotraficantes<br />
y de esa manera la confrontación empezó,<br />
recrudeciendo la violencia que comenzó a<br />
expresarse de una manera más fuerte que en la<br />
época marimbera (Arenas, 2004; Zúñiga, 2007).<br />
Las negociaciones de paz realizadas entre el<br />
gobierno nacional y las FARC a comienzos de<br />
los 80´s, generaron el descontento de algunos<br />
sectores de la población, especialmente aquellos<br />
en los que se acumulaba tradicionalmente el<br />
poder político y económico; el departamento<br />
del Magdalena no fue la excepción (Fig. 7.1)<br />
(Romero, 2007). Las negociaciones de paz dan<br />
como resultado la creación de nuevos líderes<br />
y grupos políticos con ideologías de izquierda<br />
a nivel nacional, los cuales encontraron una<br />
amplia base de apoyo rural y urbano, que<br />
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se demostró en los procesos de elecciones<br />
locales. Los nuevos grupos nunca fueron vistos<br />
como adversarios políticos legítimos por los<br />
grupos tradicionales; lo cual fue un elemento<br />
fundamental para el recrudecimiento de la<br />
violencia, a nivel nacional y en la ecorregión<br />
Ciénaga Grande de Santa Marta (Zúñiga, 2007).<br />
Desde finales de la década de los 80 se ejerció<br />
una fuerte presión sobre los nuevos grupos<br />
políticos, por medio del uso represivo de las<br />
fuerzas armadas y las acciones de sicarios<br />
pertenecientes a grupos armados vinculados<br />
al narcotráfico, principalmente. El resultado<br />
fue el genocidio de los miembros del partido<br />
político Unión Patriótica – UP a nivel nacional<br />
y el refuerzo para la creación de grupos de<br />
paramilitares en diversas partes del país<br />
(Romero, 2007; Dudley, 2009).<br />
A nivel local, las alianzas entre los narcotraficantes<br />
con los grupos que tradicionalmente han<br />
concentrado el poder político y económico en el<br />
departamento del Magdalena, se consolidaron<br />
y de esta manera las actividades de los grupos<br />
de seguridad del narcotráfico se diversificaron.<br />
En esa época se podían identificar las acciones<br />
de diferentes grupos armados vinculados con<br />
el narcotráfico y el grupo de autodefensas (Fig.<br />
7.1.) (Zúñiga, 2007; Observatorio de Derechos<br />
Humanos y DIH, 2004):<br />
• Las Autodefensas del Mamey, también<br />
conocidas como las Autodefensas<br />
Campesinas del Magdalena y Guajira<br />
(ACMG), las Autodefensas de Hernán Giraldo,<br />
o los Chamizos; tenían influencia en la zona<br />
norte de la Sierra Nevada de Santa Marta.<br />
Debido a su importancia estratégica para el<br />
narcotráfico, a los resultados obtenidos en<br />
el control de la delincuencia alrededor del<br />
mismo y al respeto de la propiedad privada<br />
y de las altas esferas sociales de la región;<br />
adquirieron poder económico y militar,<br />
además de influencia y protección por parte<br />
de los políticos locales.<br />
• Las Autodefensas de Palmor que ejercían<br />
su influencia en la Zona Bananera y el<br />
grupo de los hermanos Durán en la zona<br />
de Fundación, estaban vinculados con los<br />
negocios del cartel de Cali en la región.<br />
En sus inicios operaron con la lógica<br />
de los grupos denominados “masetos”,<br />
o de “Muerte a Secuestradores” – MAS;