L'intercompréhension et les nouveaux défis pour les ... - Galanet

edactada en español en 1898; floreció la literatura filhispana, irónicamente
después de la colonización española hasta la década de los cuarenta; el
Código Penal de Filipinas, vigente hasta nuestros días, está redactado en
español lo mismo que otros documentos o códigos de la legislación filipina
comenzando con el Código de Derecho Civil .
Queda patente, a tenor de todo ello, que el español, como lengua oficial o
lengua franca, difundida sobre todo entre la élite (o los educados o los de
la clase acomodada) y algunos de la clase media o baja asociados con ellos
por diversos motivos, sobre todo comerciales, durante casi cuatro siglos,
contribuyó notablemente a la plasmación de la identidad nacional filipina .
A esta luz, no podría subestimarse el papel que desempeñó en la evolución
de las lenguas autóctonas de las islas, aportando lo que los filólogos denominan
hispanismos que, a su vez, se concretan en expresiones idiomáticas
y vocablos .
ii. MinoríaS, claSeS y generacioneS: la
conServación del PatriMonio
Precisemos . Aunque el español, la lengua de los colonizadores, despertó la
conciencia de nacionalismo en los habitantes de estas 7 .000 islas, no logró
imponerse como lengua si bien forjó una especie de unidad de identidad,
caracterizada por el pluralismo étnico, cultural y lingüístico . sin embargo,
es preciso reconocer que hasta el presente el español en Filipinas se
identifica no sólo con los colonizadores, sino también con las clases altas
o acomodadas de entonces, esto es, los peninsulares (españoles nacidos en
España), los filipinos (españoles nacidos en las islas) y los mestizos (de
chino y español) . Esto se refleja en el léxico que refleja la legislación y
el estilo de vida de las clases principales (por ejemplo, cédula, fiscal, juez,
gobernador, general, iglesia, siesta, sala) y el de los campesinos, agricultures
y pescadores o los indios en general (o indígenas) que no se identifican
con estas clases acomodadas (por ejemplo, bolo, camote, carabao, nipa, etc .)
(Bolton K . & Butler, s .: 2009, p .175, el estudio ocupa las pp . 175-200) .
Quedan muy pocos filipinos (2 .657 hablantes según el censo nacional de
1990, ver: national statistics Office, 1990) que hablan español como lengua
materna o lengua segunda (por ascendencia española) . seguramente,
este número ha disminuido desde entonces dado que la mayoría de estos
— 141 —