Solemnidad: Natividad del Señor. Cicl - Autores Catolicos

EPOCA INHUMANA
I-8
La deriva mesiánica socialista y
totalitaria precia a la Gran guerra.
Seny.-“Hacienda se pone en marcha para recaudar. Ya no habrá brindis al sol,
ni 400 euros. Ahora toca pagar la fiesta, el guateque zapaterito. El Gobierno
nos pasa la factura de sus incompetencias”. (LA GACETA, 10-4-10).
Las personas humanas, por voluntad divina, sólo
contamos con la propia responsabilidad que se ha de
guiar por el bien, la verdad y lo que es justo. Esto ha
dado lugar a las sociedades cristiano-occidentales.
Entorno al concepto de justicia que nos une a Dios,
hemos realizado la vida: con fidelidad o infidelidad,
con justicia o injusticia, con acierto o sin él. Este
metro es con el que nos hemos examinado y juzgado.
Pero estas personas pueden abandonar su
responsabilidad y dársela a un líder que realice lo que
ellos mismos tenían que procurarse sin renunciar jamás
a su propia responsabilidad. El círculo japonés, rusosoviético-
fascismo italiano, y alemán, depusieron sus
propias personas en las manos de los falsos y
diabólicos mesías ofendiendo su natural libre.
“Pusieron su fe y su confianza en un solo hombre,
creyeron que él los representaría a ellos”.
Hitler se los propuso así y tuvo la siniestra
habilidad de aprovecharse del caos de la posguerra, y
usó el amor nacional a la reglamentación y la dura
disciplina. Les prometió vengar la derrota alemana en
la última guerra. Los ricos y poderosos -ante la
inestabilidad nacional, una inflación galopante, un P.
Comunista que crecía día a día……….ante ello- también
pusieron en él su propia responsabilidad inalienable. Y
con una cosa y otra liquidó la recién nacida republica
alemana.
Algo parecido sucede en Japón. Para el pueblo
japonés el emperador es dios. En todos los países la
gente renunció a sus libertades y tiró por la borda su
dignidad humana, abandonaron los derechos individuales
y se convirtieron en rebaño. En realidad todos pasan a
formar parte de una siniestra asociación.
Sus líderes ante un futuro tan halagüeño en el cual
dominarían el mundo les pedían obediencia rendida:
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