Solemnidad: Natividad del Señor. Cicl - Autores Catolicos

ESTUDIO
La levedad de la humildad les permite
alcanzar más altura que la pesadez
orgullosa. (Chésterton).
Teorema.-Dios, luz, (A), pretende que el cristiano se identifique con Él, Le
impersone ante los demás, para que a su vez ellos hagan lo mismo (C y B).
Seny.-El pueblo usurpado.
“El caso del famoso editorial conjunto de todos los periódicos
subvencionados de Cataluña, en el que un corresponsal y un notario se
atribuyeron, con toda la cara, la representación de, nada más y nada menos,
la dignidad de Cataluña. Dos señores”. (Maite Nolla: La Gaceta, 8-10-010).
“Recuérdese que los ángeles de Fra Angélico más que
pájaros son ya mariposas. Recuérdese, en el arte
medieval más sincero, aquella abundancia de telas
ligeras y voladoras, de piececillos presurosos y
saltarines. Fue el punto en que los modernos prerafaelistas
no pudieron imitar a los primitivos. Burne-
Jones nunca logró la levedad ideal de las tablas de la
edad media. En los antiguos cuadros cristianos, el
cielo es como un paracaídas azul o dorado sobre las
cabezas de las figuras. Los harapos de los pastores
dijérase que van a suspenderlos como las rayadas plumas
de los ángeles. Pero los reyes bajo el peso de su oro,
y los orgullosos en sus mantos de púrpura, se hundirán
irremediablemente, porque no puede el orgullo ascender
hasta la levedad o levitación. El orgullo es el lastre
de la solemnidad que tira hacia abajo, haciéndonos
“instalarnos” en una especie de seriedad egoísta,
cuando lo que debiéramos hacer es levantarnos en un
regocijado descuido del propio yo. Se dice que el
hombre se hunde en la melancolía, y que se alza hacia
el firmamento azul. La seriedad no es una virtud. Decir
que es un vicio sería una herejía, pero una herejía
inteligente. Tomarse muy seriamente a sí mismo, siendo
la cosa más fácil del mundo, no es más que abandonarse
en una pendiente natural. Es más fácil escribir un
artículo de fondo para el Times que una buena sátira en
el Punch. Porque la solemnidad fluye naturalmente de
los hombres, mientras que la risa es un salto. Es tan
fácil ser pesado como difícil ser ligero. Satán cayó
por la fuerza de gravedad”. (G. K. Chésterton:
Ortodoxia, c 7).
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