Solemnidad: Natividad del Señor. Cicl - Autores Catolicos

SOCIEDAD
I-6
La amenaza islamista.
“En buena medida son las clases políticas las que se
dedican a desarmar, intelectual y literalmente, a sus
sociedades, bajo el obsceno chantaje de despertar el
terrorismo islamista”.
“Cualquier crítica al islamismo se ha venido
desarmando con el gastado epíteto de extremaderecha.
Mas, aunque hubiera dosis de intransigencia en quienes
rechazan el islamismo, la intolerancia es predicable en
sentido absoluto de los musulmanes. Ésta prácticamente
nunca se combate o se denuncia por parte de las
autoridades y de los presuntos líderes europeos, sino
que se cubre con un espeso velo de acobardada
complacencia, de modo que incluso los brutales
atentados islamistas retroalimentan la cobardía
oficial, tanto de la izquierda como de la derecha, de
modo que lo islámicamente correcto, que veremos más
adelante con detenimiento, establece tupidas cortinas
de humo de tipo de “no se debe criminalizar a los
musulmanes”, para evadirse de las cuestiones reales del
tipo ¿conduce el islamismo al terrorismo? ¿Entraña la
religión musulmana tendencias compulsivas hacia el
asesinato del otro, del infiel, y canonizaciones del
genocidio? Las respuestas a ambas preguntas no admiten
muchas disquisiciones y son completamente afirmativas
en ambos casos”.
“Tales debates se soslayan para no asumir las
consecuencias. Los terroristas suicidas se forman y
radicalizan en las mezquitas, mas la constante
tentación de este hecho se minimiza con la simple
declaración tranquilizadora, habitualmente, del mismo
imán que los formó presentando de forma completamente
falsaria al islamismo como una religión de paz. Nada
más lejos de la realidad. Son muy escasas las citas
coránicas que podrían justificar tal criterio y están
abrogadas por las abundantes más virulentas y
sanguinarias”.
“La cuestión es si las mezquitas, más allá de los
minaretes, deberían estar prohibidas en Occidente, y la
respuesta afirmativa admite pocas matizaciones, como
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