Solemnidad: Natividad del Señor. Cicl - Autores Catolicos

ESCRITURA
I-II-2
La esperanza no puede cifrarse más que
en el Corazón divino, en su voluntad
amabilísima.
“Ya no verás al pueblo violento, a la gente que
pronuncia extrañamente en una lengua oscura que no se
entiende. Contempla a Sion: morada tranquila, tienda
estable, cuyas estacas no se arrancarán, cuyas cuerdas
no se soltarán”.
“Allí el Señor es nuestro campeón, en un lugar de
ríos y canales anchísimos; no lo surcarán barcas de
remo ni los cruzará la nave capitana. Porque el Señor
nos gobierna, el Señor nos da leyes, el Señor es
nuestro rey, Él es nuestras salvación”. (Is 33).
“Los cordajes están flojos, no sujetan el mástil ni
tensan las velas. Entonces el ciego repartirá enorme
botín y hasta los cojos se darán al saqueo. Y ningún
habitante dirá: Me siento mal pues el pueblo que allí
habita le han perdonado la culpa”.
PADRES
Para conocer a Dios ha venido el Señor
San Hipólito, PG 10, 815.
“Debemos conocer al Padre como Él desea ser
conocido, debemos glorificar al Hijo como el Padre
desea que lo glorifiquemos, debemos recibir al Espíritu
Santo como el Padre desea dárnoslo. En todo debemos
proceder no según nuestro arbitrio ni según nuestros
sentimientos ni haciendo violencia a los deseos de
Dios, sino según los caminos que el mismo Señor nos ha
dado a conocer en las santas Escrituras”.
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