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Solemnidad: Natividad del Señor. Cicl - Autores Catolicos

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HISTORIA<br />

II-I-6<br />

María Antonieta entra en la cárcel<br />

Inmediatamente antes de esto, hacia las dos de la<br />

mañana, María Antonieta ha sido despertada en el Temple<br />

y después de presentarle la acusación la conducen a la<br />

Conserjería, antesala de la Guillotina.<br />

“También otra mujer ha sido despertada esta noche.<br />

Madame Richard, la mujer <strong>del</strong> carcelero de la<br />

Conserjería. Ya tarde, por la noche, le han encargado<br />

súbitamente que prepare una celda para María Antonieta;<br />

después de duques, príncipes, condes, obispos,<br />

burgueses; después de víctimas de todas las clases<br />

sociales, también debe ahora la reina de Francia venir<br />

a la casa de los muertos. Madame Richar se espanta.<br />

Pues todavía para una mujer <strong>del</strong> pueblo la palabra<br />

“reina” vibra como una campana, potentemente tocada,<br />

infundiendo respeto en el corazón. ¡Una reina, la Reina<br />

bajo su techo! Al punto busca madame Richard entre sus<br />

ropas de cama los más finos y blancos lienzos; el<br />

general Custine, el conquistador de Maguncia sobre<br />

quien pende también la cuchilla de la guillotina, tiene<br />

que abandonar la celda enrejada que sirvió durante<br />

innumerables años como sala de consejo; a toda prisa<br />

disponen para la Reina aquel funesto recinto. Un lecho<br />

plegable de hierro, una manta ligera; además, un<br />

barreño para lavarse y una vieja alfombra <strong>del</strong>ante de la<br />

húmeda pared; no les es lícito atreverse a dar más a la<br />

Reina. Y después la esperan todos en aquel caserón de<br />

piedra, antiquísimo y medio subterráneo”.<br />

“A las tres de la mañana óyese como se acercan<br />

algunos coches. Primeramente entran en el sombrío<br />

corredor algunos gendarmes con antorchas; después<br />

aparece el vendedor de limonadas Michonis –su<br />

ductilidad le ha salvado felizmente <strong>del</strong> asunto de Batz<br />

y ha conservado su puesto de inspector general de<br />

prisiones-, detrás de él a la flamante luz de las<br />

antorchas, la Reina, seguida de su perrillo, único ser<br />

viviente a quien le es dado acompañarla a la prisión. A<br />

causa de la hora avanzada, y además porque sería una<br />

comedia hacer como si no se supiera en la Conserjería<br />

quién es María Antonieta, la reina de Francia, evítanle<br />

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