Solemnidad: Natividad del Señor. Cicl - Autores Catolicos

LITERATURA
I-I-6
Juan Ramón, convaleciente, oye el
ambiente navideño en la calle, y a
Platero que también participa.
“Desde la débil iluminación amarilla de mi cuarto de
convaleciente, blando de alfombras y tapices, oigo
pasar por la calle nocturna, como en un sueño con
relente de estrellas, ligeros burros que retornan del
campo, niños que juegan y gritan”.
“Se adivinan cabezotas oscuras de asnos, y cabecitas
finas de niños que, entre los rebuznos, cantan, con
cristal y plata, coplas de Navidad. El pueblo se siente
envuelto en una humareda de castañas tostadas, en un
vaho de establos, en un aliento de hogares en paz”.
“Y mi alma se derrama, purificadora, como si un
raudal de aguas celestes le surtiera de la peña en
sombra del corazón. Anochecer de redenciones. Hora
íntima, fría y tibia a un tiempo, llena de claridades
infinitas”.
“Las campanas, allá arriba, allá fuera, repican
entre las estrellas. Contagiado, Platero rebuzna en su
cuadra, que, en este instante de cielo cercano, parece
que está muy lejos. Yo lloro, débil, conmovido y solo,
igual que Fausto”.
Nota. ”Fausto, nombre de un personaje alemán real, que,
con el tiempo, se ha hecho legendario. La leyenda de
Fausto es la historia del hombre que vende su alma al
demonio Mefistófeles a cambio de la sabiduría. Goethe,
en su Fausto en dos partes (1808, 1832), dramatiza esta
leyenda y elabora, en un sentido moderno, el tema
universal de la caída y la redención del hombre”. (Juan
Ramón Jiménez: Platero y yo, c. 42).
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