horizonte

Santiago y no hay obstáculo con el que no puedan.
La conclusión fue que había que repetir este tipo de
marchas, diversificando los lugares.
El primer puente del trimestre lo aprovechamos
para hacer la visita que habíamos programado a la
comunidad de Santander. El día anterior a la visita,
en el colegio tuvimos la Reunión de Zona, el 29 de
octubre, con asistencia del Hno. Provincial, Jesús
Miguel Zamora, y que se centró en la presentación
del próximo Capítulo de Distrito. Por la tarde se ofreció
visitar Frómista. Fue aprovechada por un grupo
de Hermanos.
La visita a la comunidad de Santander fue al
día siguiente, 30 de octubre. De camino, visitamos la
cueva de El Soplao, que no defraudó las expectativas,
y de camino hacia la capital paramos en San Vicente
de la Barquera. ¡Cómo nos trataron los Hermanos de
la Comunidad cántabra! Allí llegamos por la tarde, lo
que posibilitó una visita a la ciudad. La cena, a base
de “Zuga’s Delicatessen”, para recordar. No podemos
menos que agradecer tan fraterna acogida. Gracias
Hermanos y quedamos a la espera de vuestra
visita.
El día siguiente salimos temprano hacia Asturias.
El objetivo era visitar el Centro Niemeyer de Avilés.
La ruta pasaba por Llanes, así que hicimos parada en
La Arquera. La visita a la antigua escuela lasaliana
trajo viejos y emocionados recuerdos al H. Isidro
Arce, pues fue su primer destino comunitario. Aquel
edificio, hoy perfectamente conservado y restaurado,
fue testigo de la labor callada y abnegada de muchos
Hermanos que dieron lo mejor de sí mismos por
aquellos niños llaniscos, muchas veces en circunstancias
bastante precarias (de allí salió la frase del Hno.
Gaudencio, “Morenete”: ¡qué comerán los Hermanos
de la Cuenca!).
El Centro Niemeyer de Avilés defraudó un poco.
Los problemas que tiene con el Principado, que mo-
Vida en comunidad
tivan la casi paralización de sus actividades, y el
tiempo desabrido contribuyeron a ello. Queda apalabrada
una nueva visita para tiempos mejores.
No nos daba tiempo para visitar ninguna comunidad
de Asturias y, por otra parte, nos habíamos visto
en Valladolid el 29, así que enfilamos la autovía y
llegamos bien caída la tarde a Valladolid.
Uno de los objetivos que formulamos todos los
años en el Proyecto Comunitario es cuidar nuestra
formación permanente teológica. En los últimos
años, como queda dicho más arriba, nos ayudaba en
la tarea el Hno. José María Valladolid (q.e.p.d.). Ante
la situación planteada con su fallecimiento, dirigimos
nuestras peticiones al Hno. Carmelo Bueno, que
aceptó. Ya hemos tenido la primera sesión el 5 de
noviembre; nos quedan otras dos. El tema para este
curso es el Evangelio de San Marcos. Se incorporan a
estas sesiones Hermanos de otras Comunidades y
Asociados.
El Colegio tiene un buen número de intercambios
de alumnos con otros países. Quizás el más antiguo
sea con el Colegio La Salle Saint-Genés de Burdeos.
Este curso adelantaron su venida a diciembre. Lo que
me interesa recalcar es que, un año más, la comunidad
acogió en sus dependencias a las tres profesoras
Mercedes Abrate, Marie Laure y Marie Jeanne, que
llevan años acompañando a los chicos y chicas franceses.
Se consideran y las consideramos de casa.
Estuvieron con nosotros del 7 al 16 de diciembre.
En nuestro Proyecto Comunitario figura el estrechar
lazos con las otras comunidades del Sector, no
sólo de Hermanos, sino también de Asociados. En
este sentido, la Comunidad Shemá nos invitó a un
retiro el 10 de diciembre por la tarde en Arcas. Les
acompañamos seis Hermanos de la comunidad. Fue
una tarde de formación, reflexión y oración conducida
por el Hno. Carmelo Bueno, que nos dejó buen
sabor de boca.
Y termino esta crónica con otro retiro, también en
Arcas, esta vez de revisión comunitaria. Lo tuvimos
el 24 de diciembre y nos sirvió también para felicitar
a los Hermanos residentes, durante la comida. Al día
siguiente, Navidad, en el colegio, como es tradición,
compartimos Misa y mesa los Hermanos de las comunidades
de Valladolid, Palencia y León.
Queda, aún, mucha SALLE por hacer. Que así sea.
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