You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
114<br />
Nos esperan<br />
Aquí, ante tus restos mortales Hno. Chencho, me<br />
atrevo a decir que mereces el descanso y la resurrección.<br />
La pasión ha sido larga y dolorosa (todo el personal<br />
de enfermería, al que agradezco de corazón los<br />
cuidados que han tenido contigo, y los Hermanos<br />
somos testigos de ello). Para nosotros tu vida y tu<br />
enfermedad se convierten en reto a la luz de la Palabra.<br />
Podemos estar llenos de dudas, como Tomás, el<br />
apóstol. Pero Jesús se adelanta por dos veces haciéndose<br />
presente en medio de los que se reúnen en su<br />
nombre. Nos ofrece su paz y nos da un pequeño coscorrón<br />
en la persona de Tomás: “… no seáis desconfiados;<br />
tened fe” (Jn 20, 27), y, además, nos garantiza<br />
la felicidad de “… aquellos que, sin ver, creyeron”<br />
(Jn 20, 29). Aquellos que ante la dificultad, el dolor,<br />
la enfermedad y la muerte siguen creyendo.<br />
Los muchos signos de Dios se han escrito en la<br />
vida de sus elegidos, de aquellos hombres y mujeres<br />
que se fiaron de Él para ofrecer el testimonio de una<br />
vida que no se acaba. Tocar a Jesús, meter nuestro<br />
dedo y nuestra mano en las señales dejadas por los<br />
clavos y la lanza, no es puro folclore, sino identificación<br />
con Jesús, con su palabra y su mensaje. Tenemos<br />
que asumir la muerte, pero ella no tiene la última<br />
palabra y estamos llamados a la vida. Una vida que<br />
desplegamos con los gestos que ponemos en el vivir<br />
cotidiano: compartir con los Hermanos, poner nuestra<br />
vida al servicio de los otros, ser fieles a la llamada, la<br />
persistencia en ser causa de alegría para los otros, etc.<br />
Por eso, como a nuestro hermano, se nos da el poder<br />
disfrutar ya de ese Espíritu que Jesús ofrece a los que<br />
caminamos por este mundo, en medio de vaivenes<br />
propios de nuestra debilidad; y a los que ya han resucitado<br />
a la vida plena, de una manera definitiva.<br />
Descansa, ahora, hermano Josué, Chencho, en<br />
compañía de tus tíos Heliodoro y Luis Antonio. Disfruta<br />
con ellos, y con muchos Hermanos que te han<br />
precedido en el cielo, de la paz en el regazo del Padre.<br />
¡Que así sea!<br />
<br />
<strong>horizonte</strong>