horizonte

El día 3 de noviembre, presentación del libro Dos
filósofos conversos, amigos de la virtud. Apuntes
biográficos y pensamiento de Elizabeth Anscombe y
Alasdair MacinIntyre. Román Ángel PARDO MANRI-
QUE. Ed. Monte Carmelo. 465 páginas. El acto resultó
solemne por la categoría de los miembros de la
mesa y por su intervención: Hno. Federico Serrano;
D. Román; el obispo de Bilbao, D. Mario Iceta y el
Hno. José Antonio Ramos, director del colegio. Resultó
familiar porque Román, párroco, profesor en la
Pontificia Universidad de Salamanca, capellán de
nuestra residencia y exalumno del colegio desde los
cinco años a los dieciocho, eligió para la presentación
de la síntesis de su tesis doctoral, el Colegio La Salle,
próximo a su parroquia. Y resultó sencillo por la
cercanía de los oradores y la presencia de muchos
Hermanos, familiares y parroquianos. La agenda del
arzobispo solo le permitió asistir los quince últimos
minutos.
El 26 de noviembre, la CONFER organizó el retiro
de Adviento. Nuestra comunidad dijo que sería su
retiro del mes. Asistimos los Hermanos, que ocupamos
la butaca y el reclinatorio de la Residencia de las
Religiosas Angélicas. Horario: 10.00, Eucaristía.
10,45, primera charla. Oración personal. 12.15, descanso.
12.45, segunda charla. Animador: Fray Roberto
de la Iglesia, superior de San Pedro de Cardeña.
Tema: “La esperanza, siempre”. El monje, exalumno
del Colegio La Salle, nos presentó en su primera
intervención la esperanza bíblica en Abrahán, Isaías y
María. En la segunda conferencia expuso “La esperanza
de la vida consagrada, hoy”. Entre otras cosas
dijo: “La vida religiosa está llamada a dar esperanza
a quien según el mundo no tienen posibilidades: a los
marginados, a los pobres, a los disminuidos físicos o
psíquicos, a los enfermos incurables, a los ancianos,
etc. Pero-pero añadió: “La “acidia”, (tedio), es uno
de los pecados que más amenazan la vida religiosa
desde siempre, también hoy”. Y leyó un texto amplio
de Juan Casiano. Y una monja golpeaba con el codo a
otra consagrada, y algunos varones se cruzaban sonrisitas…
Y al final, el sabio jesuita presidente de la
CONFER, sentenció: “Por lo que he observado desde
este escenario, ese texto interesa a muchos”. Y
aquí lo tiene este cronista. Escribo unos parrafitos:
“Una vez que esa pasión se ha apoderado del corazón
del monje, al punto le causan horror y enfado el
lugar y la misma celda donde vive… Todo el trabajo
que debe hacer en el recinto de su celda, cúmplelo
con desidia y flojedad. Es incapaz de permanecer en
Vida en comunidad
ella y aplicarse a la lectura. Se queja constantemente
de que no se aprovecha en la virtud estando tanto
tiempo en la celda…
Alaba en demasía a los monasterios distantes o
que están en parajes lejanos. Dice que esos lugares
ofrecen mayores ventajas para el progreso espiritual
e inclusive son más idóneos para la salud… No queda,
pues, otro remedio que salir cuanto antes e irse a
otra parte.
So color de necesidades aparentes o de cortesía,
visita a ciertos hermanos enfermos. No importa que
vivan lejos, cuanto más, mejor… Se cree en la obligación
de favorecer y proteger a sus familiares y
parientes… Existe tal mujer piadosa consagrada a
Dios, desprovista de la ayuda y socorro de sus padres;
ni que decir que es de su incumbencia ir a visitarla…”.
“La pluma es la lengua del alma”. Según lo explica
Don Quijote, coincide con el ex abundatia cordis
os loquitur. Lo aclara así el Quijote en II, 16: “La
pluma es la lengua del alma: cuales fueren los conceptos
que en ella se engendraren, tales serán sus
escritos”. Según eso nos podemos preguntar: ¿Y de
qué hablamos en locutorios, cenáculos y merenderos?
Los asuntos diarios: el tiempo climático, los animales
de la península…
- Dos grados, en el termómetro del jardín.
- Pues seis en la plaza del Cid.
- Luce el sol.
- Pero ¡qué malos aires! ¡Qué frío!
- La primera nevada del año pasado cayó el
treinta de noviembre…
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