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Verano fecundo<br />
La vuelta a India en diez pottus<br />
E<br />
ntre el 3 de julio y el 13 de agosto, cuatro<br />
voluntarios hemos vivido una breve experiencia<br />
misionera en el sur de la India (Tuticorin):<br />
Lucia y Aida –estudiantes en Gijón y antiguas<br />
alumnas de San Eutiquio–, el Hno. Germán Bolado y<br />
José Manuel Merino, coordinando el proyecto, nos<br />
embarcamos cargados de ilusiones. En principio el<br />
grupo lo formábamos cinco personas, pero un pequeño<br />
problema de salud le impidió a Maria Saiz<br />
–profesora de Santander– estar con nosotros, aunque<br />
compartimos con ella todos los momentos de formación<br />
en Arcas Reales durante el año, y ha estado en<br />
nuestro pensamiento constantemente.<br />
Hemos pasado en Tuticorin seis semanas, colaborando<br />
en la construcción de un hall de entrada al comedor<br />
de los internos del colegio. Ha sido un trabajo<br />
cansado por momentos, porque nuestro cuerpo no<br />
está habituado pero, más allá de lo que nuestras manos<br />
y fuerzas hayan podido realizar, lo más grande de<br />
este tiempo ha sido la posibilidad de entrar en contacto<br />
con una cultura diferente, abrir todos los sentidos a<br />
una realidad social muy distinta a la nuestra, y dejarnos<br />
impactar por lo vivido. Hemos podido pasear por<br />
las calles, sentirnos desbordados por la miseria, pero<br />
también por la fiesta, la hospitalidad y el sentido<br />
religioso de este pueblo. Otro aspecto importante de<br />
la experiencia ha sido el contacto con los Hermanos.<br />
Hemos estado alojados en el colegio, viviendo<br />
como uno más los ritmos de la comunidad. Nos han<br />
hecho sentir desde el primer momento como en casa,<br />
haciéndonos participes de su vida, sus diálogos, sus<br />
risas. Han estado siempre a nuestra disposición, tratando<br />
que estas seis semanas fueran especiales, y lo<br />
han conseguido. Han sido días marcados también de<br />
mucho sentido lasaliano pues, además del contacto<br />
con la comunidad, hemos podido encontrarnos con<br />
otros voluntarios de PROYDE desarrollando proyectos<br />
en otros lugares de la India, y conocer otras escuelas<br />
y obras de los Hermanos.<br />
También visitamos una leprosería en Tuticorin regentada<br />
por unas religiosas, una de ellas originaria de<br />
España, con una sobrina en nuestro colegio Ntra. Sra.<br />
de Lourdes. Y de vuelta, como guinda del pastel, una<br />
parada en Calcuta, para conocer otras realidades sociales<br />
y poder así completar el bagaje de experiencias<br />
José Manuel, Hno. Germán, Aida, Lucía<br />
que quedan en nuestro corazón y que esperamos saber<br />
transmitir en nuestra vuelta a España. ¡Mika nanri!<br />
a los Hermanos y a todas las personas que hicieron<br />
de esta experiencia algo tan especial.<br />
Aquí van unas líneas sobre medio verano en<br />
Thoothukudi (Tuticorin), al sur de la India, sabiendo<br />
que cualquier cosa que escribamos siempre será insuficiente<br />
y no abarcará toda la experiencia, pero sí al<br />
menos compartir impresiones, huellas, sentimientos…<br />
que os permitan haceros una idea de lo que fue<br />
para nosotros una vivencia especial. Y decidimos<br />
reflejar nuestra experiencia a través del pottu, ese<br />
marca que los indios se colocan entre ceja y ceja, que<br />
puede adoptar diversas formas y tiene valor decorativo,<br />
pero también connotaciones religiosas. Más allá<br />
de su verdadero significado, el pottu es una marca<br />
visible a los ojos de los otros, y eso es lo que queremos<br />
transmitiros, las marcas que la India ha ido dejando<br />
en nosotros en estas seis semanas. Y hemos<br />
elegido el número 10 por eso de que es un número<br />
redondo. Así que allá van nuestros diez pottus…<br />
Intercambio cultural:<br />
Es inevitable empezar por este gran pottu que lo<br />
ha impregnado todo. Han sido seis semanas de inmersión<br />
en una cultura totalmente diferente a la nuestra.<br />
Eso supone riqueza, pero también necesidad de<br />
adaptación, aceptar el impacto de imágenes que nuestros<br />
ojos no están acostumbrados a ver, formas de<br />
hacer que nos escandalizan y e incongruencias que no<br />
logras comprender. Dicen que la primera impresión<br />
es la que queda; no ha sido así en nuestro caso. Al<br />
<strong>horizonte</strong>