horizonte

Soliloquio indignado
Y
o no me siento con originalidad para expresar
nada nuevo respecto de estos indignados
de perro y la flauta... Por lo tanto, que ellos
se lo "indignen" bien y que no salpiquen.
Como Hermano que quiere vivir el carisma y estilo
lasaliano, sí que siento, no tanto como indignación,
pero sí frustración, o sea, como una mezcla de impotencia
y vergüenza, por el hecho de no ser ya significativos...
Vamos, que significamos poco o, mejor,
que apenas somos signo... y no se debe solo a que no
figuramos, algunos, en la lista del claustro, sino porque
estamos como escondidos en nuestros reductos
comunitarios y allí no nos ve casi nadie, o nadie.
Lo sabemos: "Hay que serlo y también parecerlo",
pero…
¿Indignados?
Hno. Manuel Gutiérrez
Pienso como tú, que hemos de hacernos más visibles,
bajar más al patio, salir más al barrio, saludar a
la gente, ir más a la misa en la parroquia, prestarnos
para algún servicio en nuestro entorno... Yo que sé,
donde se nos vea, que no quiero decir donde se nos
admire. Ya no estamos en edad de merecer, pero sí es
el momento de dar sin miramientos.
En resumen que me preocupa no ser signo, porque
si no significamos, no orientamos, ni adelantamos
acontecimientos y aquello de que: "sois la luz del
mundo", queda en: "Bueno ¿y qué?".
No te indignes conmigo porque te he quitado la
idea: tú ya lo has entendido.
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