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Reflexión<br />
Hay diferencias sensibles en el ránking de los<br />
agentes de socialización que permiten llegar a conclusiones<br />
relativamente seguras. La fundamental es la<br />
siguiente: el ránking de instituciones o entidades<br />
donde la socialización religiosa es más importante<br />
cambia de forma sustancial cuando hablamos de<br />
decisiones fuertes, como es el hecho de pensar en la<br />
posibilidad de una vocación religiosa. Ahora constatamos<br />
que, cuando hablamos de decisiones que pueden<br />
entrañar compromisos duraderos, la escuela o<br />
colegio y la parroquia, por este orden, destacan de<br />
forma clara. A continuación, aunque ya en un rango<br />
menor, aparecen los grupos de confirmación, catequesis<br />
y oración, al mismo nivel la familia. Tampoco<br />
podemos olvidar el ejemplo de un cura, religioso o<br />
religiosa que el joven conoce personalmente. Muy<br />
abajo quedan los amigos que, con la familia, son los<br />
dos agentes por excelencia de la socialización juvenil,<br />
e incluso de la religiosa pero no comprometida.<br />
Escuela y parroquia, y por este orden, son los espacios<br />
y ámbitos en los que surge, primordialmente,<br />
la vocación religiosa, al decir de los jóvenes españoles.<br />
Estos datos nos reafirman en la gran falla de la socialización<br />
religiosa en las familias españolas de los<br />
últimos 20 o 25 años. En efecto, la familia aparece<br />
como el “locus” por excelencia cuando se trata de<br />
socialización religiosa light, débil, seguido por la<br />
calle, el entorno social, etc., pero a la hora de pensar<br />
en una socialización fuerte con exigencias de compromiso<br />
el “locus” básico se traslada al entorno esco-<br />
¿Por qué no dan el paso?<br />
Tabla 8: La eventualidad vocacional surgió en... Porcentajes.<br />
lar y a la parroquia, así como a los espacios de oración,<br />
que se sitúan al mismo nivel que la familia como<br />
agente de socialización, quedando relegados a<br />
planos anecdóticos el grupo de amigos y la calle.<br />
Notemos, por último, que son escasísimos los que<br />
señalan los viajes del Papa y la asistencia a romerías,<br />
peregrinaciones como lugares de surgimiento de<br />
la posibilidad de la vocación. El dato tiene su importancia<br />
pues nos señala que los jóvenes no responden<br />
pensando en un hecho puntual de sus vidas (visita del<br />
Papa, una romería, etc.) sino algo que sucedió en su<br />
vida cotidiana, en su escuela, en su parroquia, en un<br />
grupo de confirmación, de oración, en su familia...<br />
Para ser completos, anotemos también que ni uno<br />
solo se refiere a los medios de comunicación social.<br />
Claro que lo menos que cabe decir de las revistas que<br />
leen y de las televisiones y radios que hay es que tengan<br />
algún interés, no diremos sobre la vocación religiosa<br />
sino, meramente, sobre la dimensión religiosa.<br />
No hay que olvidar tampoco el influjo de los sacerdotes,<br />
religiosos o religiosas que han conocido o conocen<br />
los jóvenes a la hora de aflorar una vocación<br />
religiosa. Sumando las dos menciones ofrecidas llegamos<br />
al 21% de los casos de jóvenes españoles que los<br />
mencionan. Es una conclusión lógica afirmar que es en<br />
el trato personalizado y en el conocer la vida a<br />
fondo de los religiosos donde aparece con más<br />
fuerza la cuestión vocacional, más allá de documentos,<br />
clases o encuentros puramente académicos. Es<br />
decir, la relación, el trato, conversación e influjo de<br />
un cristiano comprometido es clave.<br />
Total<br />
Por el ejemplo de algún religioso u otro cristiano 28<br />
En el trato y conversación con algún religioso 21<br />
En clase de religión 18<br />
En conversaciones con algún profesor o tutor 11<br />
Respecto a la continuidad de la posible llamada a<br />
la vida religiosa, podemos constatar que la mayor<br />
parte de los jóvenes que algún momento sintieron la<br />
inquietud vocacional no dieron ningún paso ni hablaron<br />
con nadie (78%) y sólo un 4% compartió sus<br />
pensamientos con un agente teóricamente especializado,<br />
un religioso o religiosa. No se ha hecho la pregunta<br />
siguiente, que podría ser: ¿Conocías o tenías a<br />
tu disposición un “referente religioso” al que pudieras,<br />
en confianza, plantearle tu inquietud?<br />
<strong>horizonte</strong>