La vida de las abejas - Fieras, alimañas y sabandijas
La vida de las abejas - Fieras, alimañas y sabandijas
La vida de las abejas - Fieras, alimañas y sabandijas
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
www.elaleph.com<br />
Mauricio Mæterlinck don<strong>de</strong> los libros son gratis<br />
zar un enemigo; la victoria posible, <strong>de</strong>l más débil sobre el más fuerte,<br />
por ejemplo, el Cuarzo todopo<strong>de</strong>roso que, ce<strong>de</strong> cortésmente al humil<strong>de</strong><br />
y cazurro Epídoto, y que le permite subírsele encima, la lucha, ora<br />
horrorosa, ora magnífica <strong>de</strong>l cristal <strong>de</strong> roca con el hierro, la expansión<br />
regular, inmaculada, y la pureza intransigente <strong>de</strong> tal trozo hialino que<br />
rechaza <strong>de</strong> antemano toda mancha, y el crecimiento enfermizo, la inmoralidad<br />
evi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> su hermano, que <strong>las</strong> acepta y se retuerce miserablemente,<br />
en el vacío; podríamos invocar los extraños fenómenos <strong>de</strong><br />
cicatrización y <strong>de</strong> reintegración cristalina, dé que habla Claudio Bernard,<br />
etc. Pero esos misterios nos son <strong>de</strong>masiado extraños. Limitémonos<br />
a <strong>las</strong> flores, últimas figuras <strong>de</strong> una <strong>vida</strong> que aún tiene alguna<br />
relación con la, nuestra. Ya no se trata <strong>de</strong> animales, <strong>de</strong> insectos a los<br />
que atribuyamos una voluntad inteligente y particular por cuyo medio<br />
subsisten. Con razón o sin ella no les atribuimos ninguna. En todo caso<br />
no po<strong>de</strong>mos encontrar en el<strong>las</strong> la menor señal <strong>de</strong> los órganos en que<br />
pacen y se ubican por lo común la voluntad, la inteligencia, la iniciativa<br />
<strong>de</strong> una acción. Por consiguiente, lo que obra en el<strong>las</strong> <strong>de</strong> una manera<br />
tan admirable proce<strong>de</strong> directamente <strong>de</strong> lo que en otras partes llamamos:<br />
la Naturaleza. Ya no se trata <strong>de</strong> la inteligencia <strong>de</strong>l individuo, sino<br />
<strong>de</strong> la fuerza inconsciente e indivisa que tien<strong>de</strong> lazos a otras formas <strong>de</strong><br />
ella misma. ¿Induciremos que esos lazos sean otra cosa que simples<br />
acci<strong>de</strong>ntes fijados por una rutina Acci<strong>de</strong>ntal también? No tenemos<br />
todavía <strong>de</strong>recho para ello. Pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que, si les hubiesen faltado<br />
esas milagrosas combinaciones, esas flores no hubieran sobrevivido,<br />
pero que otras, que no necesitaran <strong>de</strong> la fecundación cruzada, <strong>las</strong> hubieran<br />
reemplazado sin que nadie notara la no existencia <strong>de</strong> <strong>las</strong> primeras,<br />
sin que la <strong>vida</strong> que ondula sobre la tierra nos hubiera parecido<br />
menos incomprensible, menos diversa y menos sorpren<strong>de</strong>nte...<br />
XVI<br />
Y, sin embargo, difícil sería no reconocer que ciertos actos con<br />
116