La vida de las abejas - Fieras, alimañas y sabandijas
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Mauricio Mæterlinck don<strong>de</strong> los libros son gratis<br />
<strong>La</strong> matanza, se realiza a menudo el mismo día en gran número <strong>de</strong><br />
colonias <strong>de</strong>l colmenar. <strong>La</strong>s más ricas, <strong>las</strong> mejor gobernadas dan la<br />
señal. Algunos días <strong>de</strong>spués <strong>las</strong> imitan <strong>las</strong> pequeñas repúblicas menos<br />
prósperas. Los pueblos más pobres, los más débiles, aquellos cuya<br />
madre está ya muy vieja y casi estéril, para no abandonar la esperanza<br />
<strong>de</strong> ver fecunda a la joven reina que aguardan y que todavía pue<strong>de</strong> nacer,<br />
son los únicos que mantienen a sus zánganos hasta la entrada <strong>de</strong>l<br />
invierno. Entonces sobreviene la miseria inevitable, y la tribu entera,<br />
madre, parásitos, obreras, se amontona en un grupo hambriento y estrechamente,<br />
enlazado que perece en silencio en la sombra <strong>de</strong> la colmena,<br />
antes <strong>de</strong> <strong>las</strong> primeras nieves.<br />
Después <strong>de</strong> la ejecución <strong>de</strong> los ociosos en <strong>las</strong> ciuda<strong>de</strong>s populosas<br />
y opulentas, el trabajo se reanuda, pero con ardor <strong>de</strong>creciente porque el<br />
néctar comienza a escasear. <strong>La</strong>s gran<strong>de</strong>s fiestas y los gran<strong>de</strong>s dramas<br />
han pasado. El cuerpo milagroso con sus guirnaldas <strong>de</strong> millares y millares<br />
<strong>de</strong> almas, el noble monstruo sin suelo, alimentado <strong>de</strong> flores y <strong>de</strong><br />
rocío, la gloriosa colmena <strong>de</strong> los hermosos días <strong>de</strong> julio, va adormeciéndose<br />
gradualmente, y su tibio aliento, cargado <strong>de</strong> perfumes, se<br />
alarga y se congela. <strong>La</strong> miel <strong>de</strong> otoño, para completar <strong>las</strong> provisiones<br />
indispensables, va acumulándose, sin embargo, en <strong>las</strong> mural<strong>las</strong> nutricias,<br />
y los últimos <strong>de</strong>pósitos son sellados con el incorruptible sello <strong>de</strong><br />
cera blanca. Césase <strong>de</strong> edificar, los nacimientos disminuyen, <strong>las</strong> muertes<br />
se multiplican, <strong>las</strong> noches se alargan, los días se acortan. <strong>La</strong> lluvia y<br />
los vientos inclementes, <strong>las</strong> brumas matutinas, <strong>las</strong> emboscadas <strong>de</strong> la<br />
sombra <strong>de</strong>masiado rápida, arrebatan centenares <strong>de</strong> trabajadoras que no<br />
vuelven más, y todo el pequeño pueblo, tan ávido <strong>de</strong> sol como <strong>las</strong><br />
cigarras <strong>de</strong>l Atica, siente que va extendiéndose sobre él la helada amenazadora<br />
<strong>de</strong>l invierno.<br />
El hombre ha tomado su parte <strong>de</strong> la cosecha. Cada una <strong>de</strong> <strong>las</strong> buenas<br />
colmenas le ha ofrecido ochenta o cien libras <strong>de</strong> miel, y <strong>las</strong> más<br />
maravillosas le dan a veces doscientas, que representan enormes capas<br />
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III