La vida de las abejas - Fieras, alimañas y sabandijas
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<strong>La</strong> <strong>vida</strong> <strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>abejas</strong> don<strong>de</strong> los libros son gratis<br />
cad la reina <strong>de</strong> una colmena, y bien pronto veréis producirse todos los<br />
fenómenos <strong>de</strong> angustia y <strong>de</strong>sesperación que he <strong>de</strong>scripto, en el capítulo<br />
anterior. Devolvédsela, pocas horas <strong>de</strong>spués, y todas sus hijas correrán<br />
a su encuentro, ofreciéndole miel. <strong>La</strong>s unas formarán calle, a su paso;<br />
<strong>las</strong> otras, poniéndose cabeza abajo y abdomen arriba, trazarán ante ella<br />
gran<strong>de</strong>s semicírculos inmóviles pero sonoros, en los que, cantan sin<br />
duda el himno <strong>de</strong>l regreso, diríase, que <strong>de</strong>mostrando <strong>de</strong> acuerdo con<br />
sus ritos regios, el respeto solemne o la felicidad suprema.<br />
Pero no esperéis engañar<strong>las</strong> substituyendo la reina legítima con<br />
una madre extraña. Apenas haya dado ésta algunos pasos en la plaza,<br />
<strong>las</strong> obreras indignadas acudirán <strong>de</strong> todas parte. Será inmediatamente,<br />
cogida, envuelta y mantenida en la terrible cárcel tumultuosa cuyos<br />
muros obstinados irán relevándose, por <strong>de</strong>cirlo así, hasta que muera,<br />
pues en este caso particular nunca ocurre que una reina salga viva.<br />
También una <strong>de</strong> <strong>las</strong> gran<strong>de</strong>s, dificulta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la apicultura es la introducción<br />
y el reemplazo <strong>de</strong>, <strong>las</strong> reinas. Es curioso ver a qué diplomacia,<br />
a qué complicados ardi<strong>de</strong>s tiene que recurrir el hombre para<br />
imponer su voluntad y engañar a esos insectillos tan perspicaces, pero<br />
siempre <strong>de</strong> buena fe, que aceptan con un valor conmovedor los, acontecimientos<br />
más inesperados, y no ven en ellos, aparentemente, más<br />
que un capricho nuevo pero fatal <strong>de</strong>, la Naturaleza. En suma, en toda<br />
esa diplomacia, y en el <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n <strong>de</strong>sesperante que muy a menudo producen<br />
esos aventurados ardi<strong>de</strong>s, el hombre cuenta siempre, casi empíricamente,<br />
con el admirable sentido práctico <strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>abejas</strong>, con el tesoro<br />
inagotable <strong>de</strong> sus leyes y <strong>de</strong> sus costumbres maravillosas, con su amor<br />
al or<strong>de</strong>n, a la, paz, al bien público, con su fi<strong>de</strong>lidad al porvenir, con la<br />
firmeza tan hábil y el <strong>de</strong>sinterés tan serio <strong>de</strong> su carácter, y, sobre todo,<br />
con una constancia para cumplir con sus <strong>de</strong>beres, que nada, logra cansar.<br />
Pero e1 <strong>de</strong>talle <strong>de</strong> esos procedimientos pertenece a los tratados <strong>de</strong><br />
apicultura propiamente dicha, y nos llevarían <strong>de</strong>masiado lejos. 4<br />
4 Por lo general se introduce la reina extraña encerrándola en una jaulita <strong>de</strong><br />
alambre, que se cuelga entro dos panales. <strong>La</strong> jaula está provista <strong>de</strong> una puerta<br />
<strong>de</strong> cera y miel que <strong>las</strong> <strong>abejas</strong> roen cuando se ha disipado <strong>de</strong> su cólera, libertando<br />
así la prisionera á quien acogen muy a menudo sin malevolencia. El señor<br />
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