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La vida de las abejas - Fieras, alimañas y sabandijas

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<strong>La</strong> <strong>vida</strong> <strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>abejas</strong> don<strong>de</strong> los libros son gratis<br />

Mi gabinete <strong>de</strong> trabajo, en el campo, se encuentra en el primer piso,<br />

encima <strong>de</strong> un piso bajo bastante elevado. Fuera <strong>de</strong>l tiempo en que<br />

florecen tilos y castaños, <strong>las</strong> <strong>abejas</strong> acostumbran tan poco volar a esa<br />

altura, que durante una semana antes <strong>de</strong> la observación, había <strong>de</strong>jado<br />

sobre mi mesa un panal <strong>de</strong>soperculado (es <strong>de</strong>cir con <strong>las</strong> celdas abiertas),<br />

sin que una sola hubiera sido atraída por el perfume y acudido a<br />

visitarlo.<br />

Tomé entonces, <strong>de</strong> una colmena con cristales, colocada no lejos<br />

<strong>de</strong> la casa, una abeja italiana.<br />

Llevéla a mi gabinete, la puse sobre el panal y la marqué mientras,<br />

comía. Una vez repleta levantó el vuelo, volvió a "a colmena, y<br />

habiéndola seguido, vila apresurarse en la superficie <strong>de</strong> la muchedumbre,<br />

hundir la cabeza en una, celdilla vacía, volear la miel y disponerse,<br />

a salir <strong>de</strong>, nuevo. <strong>La</strong> espié y me apo<strong>de</strong>ré <strong>de</strong> ella apenas reapareció en el<br />

umbral. Repetí veinte, veces seguidas el experimento, tomando sujetos<br />

diferentes y suprimiendo siempre la abeja «cebada» para que, <strong>las</strong> <strong>de</strong>más<br />

no pudieran seguirle, la pista. Para hacer esto con mayor comodidad,<br />

había colocado a la puerta <strong>de</strong> la colmena una caja <strong>de</strong> vidrio,<br />

dividida por medio <strong>de</strong> una trampa en dos compartimentos. Si la abeja<br />

marcada salía sola me limitaba a aprisionarla, como lo había hecho con<br />

la primera e iba a aguardar en mi gabinete la llegada <strong>de</strong> aquel<strong>las</strong> a<br />

quienes hubiera, podido comunicar la noticia. Si salía, acompañada por<br />

una o dos <strong>abejas</strong>, la <strong>de</strong>tenía en el primer compartimento <strong>de</strong> la caja,<br />

separándola <strong>de</strong> ese modo <strong>de</strong> sus amigas, y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> marcar éstas con<br />

otro color, <strong>las</strong> <strong>de</strong>jaba en libertad siguiéndo<strong>las</strong> con la vista. Es evi<strong>de</strong>nte<br />

que si se hubiera realizado una comunicación verbal o magnética,, que<br />

comprendiese una <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> los lugares, un método <strong>de</strong> orientación,<br />

etc., yo encontraría en mi gabinete, cierto número <strong>de</strong>, <strong>abejas</strong><br />

informadas <strong>de</strong> ese modo. Debo reconocer que sólo he visto llegar una.<br />

¿ Siguió <strong>las</strong> indicaciones recibidas en la colmena? ¿Llegó por casualidad?<br />

<strong>La</strong> observación era insuficiente,, pero <strong>las</strong> circunstancias no me<br />

permitieron continuarla. Solté, <strong>las</strong> abe-jas, «cebadas» y mi gabinete se<br />

vió muy pronto invadido por una zumbadora muchedumbre, a la que<br />

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