10.05.2013 Views

La vida de las abejas - Fieras, alimañas y sabandijas

La vida de las abejas - Fieras, alimañas y sabandijas

La vida de las abejas - Fieras, alimañas y sabandijas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

www.elaleph.com<br />

<strong>La</strong> <strong>vida</strong> <strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>abejas</strong> don<strong>de</strong> los libros son gratis<br />

el hombre. Sin embargo, ved lo que hace, y comparad <strong>las</strong> faltas <strong>de</strong> la<br />

colmena con <strong>las</strong> <strong>de</strong> nuestra sociedad. Si fuésemos <strong>abejas</strong> que observaran<br />

a los hombres, nuestro asombro sería gran<strong>de</strong> al examinar, por<br />

ejemplo, lo ilógico e injusto <strong>de</strong> la organización <strong>de</strong>l trabajo en una tribu<br />

<strong>de</strong> seres que, en otros puntos, nos parecerían dotados <strong>de</strong> una razón<br />

eminente. Veríamos la superficie <strong>de</strong> la tierra, única fuente <strong>de</strong> toda la<br />

<strong>vida</strong> común, penosa e insuficientemente cultivada por dos o tres décimos<br />

<strong>de</strong>, la población total; otro décimo, completamente ocioso, absorbiendo<br />

la mejor parte <strong>de</strong> los productos <strong>de</strong> ese primer trabajo; los otros<br />

siete décimos, con<strong>de</strong>nados a un hambre perpetua, extenuándose sin<br />

tregua en esfuerzos extraños y estériles, <strong>de</strong> que no aprovechan jamás, y<br />

que, sólo parecen servir para hacer más complicada e inexplicable la<br />

<strong>vida</strong> <strong>de</strong> los ociosos. Deduciríamos <strong>de</strong> ello que la, razón y el sentido<br />

moral <strong>de</strong> esos seres pertenecen a un mundo completamente distinto <strong>de</strong>l<br />

nuestro, y que obe<strong>de</strong>cen a principios que no <strong>de</strong>bemos abrigar la esperanza<br />

<strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r. Pero no llevemos más lejos esta revista <strong>de</strong> nuestras<br />

faltas. Están, por otra parte, siempre presentes a nuestro espíritu.<br />

Verdad que hacen bien poco con su presencia. Sólo <strong>de</strong> siglo en siglo se<br />

levanta una <strong>de</strong> el<strong>las</strong>, sacu<strong>de</strong> el sueño un instante, lanza un grito <strong>de</strong><br />

estupor, estira el dolorido brazo que sostenía la cabeza, cambia <strong>de</strong><br />

postura, y vuelve a dormirse hasta que un nuevo dolor, nacido <strong>de</strong> <strong>las</strong><br />

taciturnas fatigas <strong>de</strong>l reposo, la <strong>de</strong>spierte otra vez.<br />

XVII<br />

Una vez admitida, la evolución <strong>de</strong> los Apidos, o por lo menos la<br />

<strong>de</strong> los Apinos, puesto que es más verosímil que su fijeza, ¿cuál es la<br />

dirección <strong>de</strong> esa evolución? Parece seguir la misma curva que la<br />

nuestra. Tien<strong>de</strong> visiblemente a aminorar el esfuerzo, la seguridad, la<br />

miseria, a aumentar el bienestar, <strong>las</strong> probabilida<strong>de</strong>s favorables y la<br />

autoridad <strong>de</strong> la especie. Para alcanzar este fin no vacila en sacrificar el<br />

individuo, compensando con la fuerza y la felicidad comunes, la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia,<br />

por otra parte ilusoria y <strong>de</strong>sgraciada, <strong>de</strong> la soledad. Se diría<br />

que la Naturaleza consi<strong>de</strong>ra como Pericles en Tucídi<strong>de</strong>s, que los indi-<br />

167

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!