La vida de las abejas - Fieras, alimañas y sabandijas
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<strong>La</strong> <strong>vida</strong> <strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>abejas</strong> don<strong>de</strong> los libros son gratis<br />
po, nos hubiera chocado menos que hoy esa insensibilidad <strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>abejas</strong>,<br />
y muchos antiguos no hubieran pensado siquiera en reprochársela.<br />
Por otra parte, ¿Po<strong>de</strong>mos sospechar, acaso, todas <strong>las</strong> sorpresas <strong>de</strong> un<br />
ser que nos observara, como nosotros <strong>las</strong> observamos?<br />
67<br />
VII<br />
Quedaría por examinar, para darnos i<strong>de</strong>a más clara <strong>de</strong> su inteligencia,<br />
cómo se comunican entre sí. Manifiesto es que sé, entien<strong>de</strong>n y<br />
que una república tan numerosa y cuyos trabajos son tan variados y tan<br />
maravillosamente concertados no podría subsistir en el silencio y el<br />
aislamiento espiritual <strong>de</strong> tantos miles <strong>de</strong> seres. Deben, pues, tener la<br />
facultad <strong>de</strong> expresar sus pensamientos o sus sentimientos, sea por medio<br />
<strong>de</strong> un vocabulario fonético, sea, más probablemente, valiéndose <strong>de</strong><br />
una especie <strong>de</strong> lenguaje táctil, o <strong>de</strong> una intuición magnética, que, quizá<br />
responda a sentidos o a propieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la materia que nos son totalmente<br />
<strong>de</strong>sconocidos, intuición cuyo asiento podría, hallarse en esas<br />
misteriosas antenas que palpan y compren<strong>de</strong>n <strong>las</strong> tinieb<strong>las</strong>, y que, según<br />
los cálculos <strong>de</strong> Cheshire, están formadas en <strong>las</strong> obreras por doce<br />
mil pelos táctiles y cinco mil ca<strong>vida</strong><strong>de</strong>s olfativas. Lo que prueba que no<br />
se entien<strong>de</strong>n sólo respecto <strong>de</strong> sus trabajos habituales, sino que también<br />
lo extraordinario tiene nombre y lugar en su lenguaje, es la manera<br />
cómo se difun<strong>de</strong> en la colmena una noticia, favorable, o adversa: la<br />
partida o el regreso <strong>de</strong> la madre, la caída <strong>de</strong> un panal, la entrada <strong>de</strong> un<br />
enemigo, la intrusión <strong>de</strong> una reina extraña, la aproximación <strong>de</strong>, una<br />
banda <strong>de</strong> saqueadoras, el <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> un tesoro... A cada uno <strong>de</strong><br />
estos acontecimientos, la actitud y el murmullo <strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>abejas</strong> son diferentes,<br />
y tan característicos que el apicultor experimentado adivina<br />
fácilmente lo que pasa en la alborotada sombra <strong>de</strong> la multitud.<br />
Si queréis Una prueba aún más precisa, observad a la abeja que<br />
acaba <strong>de</strong>, encontrar unas gotas <strong>de</strong> miel <strong>de</strong>rramadas en el antepecho <strong>de</strong><br />
la ventana o en un rincón <strong>de</strong> nuestra mesa <strong>de</strong> trabajo. En un principio<br />
se atiborrará tan á<strong>vida</strong>mente que, con toda tranquilidad y sin temor <strong>de</strong><br />
distraerla, podréis marcarle el corselete con una manchita <strong>de</strong> pintura.