La vida de las abejas - Fieras, alimañas y sabandijas
La vida de las abejas - Fieras, alimañas y sabandijas
La vida de las abejas - Fieras, alimañas y sabandijas
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
www.elaleph.com<br />
Mauricio Mæterlinck don<strong>de</strong> los libros son gratis<br />
ro, o una zona no utilizable. Pero temo haberme extraviado ya en muchos<br />
<strong>de</strong>talles <strong>de</strong>sprovistos <strong>de</strong> interés para un lector que quizá no haya<br />
seguido nunca con los ojos una banda <strong>de</strong> <strong>abejas</strong>, o que, no se ha interesado<br />
por el<strong>las</strong> sino <strong>de</strong> paso, como todos nos interesamos al pasar por<br />
una flor, un pájaro, una piedra preciosa, sin pedir más que una distraída<br />
certidumbre superficial, y sin repetirnos lo bastante que, el secreto más<br />
mínimo <strong>de</strong> un objeto que vemos en la Naturaleza no humana, atarle<br />
quizá más directamente al enigma profundo <strong>de</strong> nuestros fines y <strong>de</strong><br />
nuestros orígenes, que el secreto <strong>de</strong> nuestras pasiones más arrebatadoras<br />
y con mayor complacencia estudiadas.<br />
XXII<br />
Para no hacer pesado este estudio paso igualmente, por alto el<br />
instinto bastante, sorpren<strong>de</strong>nte que suele hacer<strong>las</strong> a<strong>de</strong>lgazar y <strong>de</strong>moler<br />
la extremidad <strong>de</strong> sus panales, cuando tratan <strong>de</strong> prolongarlos o ensancharlos,<br />
y sin embargo, ha <strong>de</strong> convenirse en que <strong>de</strong>moler para reedificar,<br />
<strong>de</strong>shacer lo que se había hecho para rehacerlo, su-pone una<br />
singular manifestación <strong>de</strong>l ciego instinto <strong>de</strong> construir. Paso también<br />
sobre notables experimentos que pue<strong>de</strong>n hacerse para obligar<strong>las</strong> a<br />
construir panales circulares, ovales, tubulares o <strong>de</strong> contornos caprichosos,<br />
y sobre la manera ingeniosa, con que logran hacer correspon<strong>de</strong>r <strong>las</strong><br />
celdas ensanchadas <strong>de</strong> <strong>las</strong> partes convexas con <strong>las</strong> celdas estrechadas<br />
<strong>de</strong> <strong>las</strong> partes cóncavas <strong>de</strong>l panal.<br />
Pero, antes <strong>de</strong> abandonar este asunto, <strong>de</strong>tengámonos aunque, sólo<br />
sea un minuto, a consi<strong>de</strong>rar la misteriosa manera que tienen <strong>de</strong> concertar<br />
el trabajo y <strong>de</strong> tomar sus medidas cuando esculpen, al mismo<br />
tiempo y sin verse, <strong>las</strong> dos caras opuestas <strong>de</strong> un panal. Mirad por transparencia<br />
uno <strong>de</strong> esos panales, y observaréis, dibujada por sombras<br />
agudas en la cera diáfana, toda una red <strong>de</strong> prismas, <strong>de</strong> aristas tan acusadas,<br />
todo un sistema <strong>de</strong> concordancia tan infalible, que se <strong>las</strong> creería<br />
estampadas sobre acero.<br />
No sé si los que no han visto nunca el interior <strong>de</strong> una colmena se<br />
representan suficientemente la disposición y el aspecto <strong>de</strong> los panales.<br />
86