La doma del jaguar - Biblioteca Virtual Universal
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El encalado paredón que cierra<br />
un flanco de su área embaldosada,<br />
es bandera de sol allá en la altura.<br />
Voy colocando en fila<br />
mis soldados de plomo... 20<br />
Entonces se oye un duro picoteo<br />
sobre el revoque blanco.<br />
Caen cinco soldados de mi ejército<br />
bajo un alud de cal despedazada.<br />
Viene mi padre, me alza en vilo, corre 25<br />
hacia la pieza verde, mientras pataleando<br />
le grito: -¡No, papá, primero mis soldados...!<br />
En vano. Cierran puertas y ventanas<br />
y en plena tarde nuestra casa es noche.<br />
1988 [126] [127]<br />
1922-1923<br />
En 1920 los liberales radicales llevaron a la presidencia de la República al distinguido<br />
humanista Manuel Gondra (1872 - 1927). Por segunda vez esta gran figura intelectual<br />
accedía al poder. En noviembre de 1910 había asumido ya la primera magistratura. Por<br />
breve espacio. El 17 de enero de 1911 lo depuso al coronel Albino Jara, su Ministro de<br />
Guerra.<br />
Y en 1920 no le serían más propicias las circunstancias al estadista que iba a dar su<br />
nombre al famoso pacto interamericano firmado en Santiago de Chile en 1923. El 29 de<br />
octubre de 1921, antes de cumplir un año presidencial, tuvo que renunciar porque el<br />
senador Eduardo Schaerer, caudillo de la sección de saco mbyky <strong>del</strong> liberalismo, con apoyo<br />
de fuerzas policiales, le exigió un cambio en su Gabinete.<br />
El vicepresidente en ejercicio Dr. Félix Paiva, renunció a su vez tras vanos esfuerzos<br />
para constituir su Gabinete. <strong>La</strong>s Cámaras Legislativas, dominadas por Schaerer y sus<br />
seguidores, eligieron entonces al Dr. Eusebio Ayala, a quien le esperaba la gloria, diez años<br />
después, como Presidente de la Victoria <strong>del</strong> Chaco (1932 - 1935). [128]<br />
Eusebio Ayala no era como Manuel Gondra, ante todas cosas, un intelectual absentminded,<br />
un hombre contemplativo. Gondra era un político valiente, sí, pero como es natural<br />
en una mente tan elevada, absorta en abstracciones, no podía menos de sentirse perplejo en<br />
los laberintos de la política criolla. Su privilegiada inteligencia tuvo su máximo triunfo en