12.05.2013 Views

La doma del jaguar - Biblioteca Virtual Universal

La doma del jaguar - Biblioteca Virtual Universal

La doma del jaguar - Biblioteca Virtual Universal

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

El cielo azul, sin una sola nube; el sol, radiante, no quema. El aire está quieto; han<br />

terminado las tolvaneras. Yo, convaleciente, me siento hoy con ganas de vivir. Desde el<br />

norte <strong>del</strong> paisaje llega un intermitente fragor de fusilazos, morterazos, cañonazos. Y el<br />

infaltable tableteo de automáticas. Hacia el sur se extiende, infinito, un desierto silencioso,<br />

raquíticamente arbolado en zonas discontinuas. Hacia el norte, donde entre tupidos y altos<br />

bosques fluye un río de aguas vivas, truena la muerte; desde el sur, llega la mudez de un<br />

desierto con sed.<br />

Miro hacia el lado <strong>del</strong> silencio y veo entonces reverberar el sol sobre algo como un<br />

movible espejo. Me fijo bien, y advierto que no es un camión el que avanza hacia mí sino<br />

algo que no suele verse en estos parajes combatientes. Es un pequeño automóvil Chevrolet,<br />

de carrocería alta, mo<strong>del</strong>o 1928 ó 1929. Al reconocer el Chevrolet, un Chevrolet casi tan<br />

famoso como su viajero habitual, adivino que algo importante va a suceder. <strong>La</strong> situación de<br />

nuestro frente después <strong>del</strong> segundo cruce <strong>del</strong> Parapití, no es muy segura; todo lo contrario.<br />

Esas unidades fatigadas <strong>del</strong> Segundo Cuerpo de Ejército que ahora combaten a tres o cuatro<br />

kilómetros, de este lugar de la recta, apenas pueden mantener sus líneas. Numéricamente el<br />

adversario es muy superior y está en plena ofensiva. Hace unos días que he visto al<br />

comandante <strong>del</strong> Regimiento 14 de Infantería, Juan Martincich que, recorriendo a pasos<br />

elásticos un círculo formado por sus oficiales, describía el peligro inminente de un<br />

rebasamiento y quizás de una ruptura <strong>del</strong> frente raleado.<br />

-En el peor de los casos, -dijo de pronto con energía, fruncido el ceño, crispados los<br />

puños-, en el peor de los casos, yo me abro camino con mi regimiento, por el monte, y<br />

nadie me ataja.<br />

¿Qué sucedía? Abrumadas por el número superior de unidades enemigas, bien<br />

descansadas y mejor armadas, en las nuestras se suscitaba un principio de desconcierto y<br />

desorden. [137]<br />

Pero ahora, hacia estas unidades <strong>del</strong> Segundo Cuerpo en la lucha desigual con fuerzas<br />

superiores y ansiosas de desquite, venía el jefe mismo <strong>del</strong> Segundo Cuerpo; venía en<br />

persona para asumir el mando directo de la batalla. Venía desde su remoto puesto de<br />

Comando en Carandayty.<br />

He dicho que «venía en persona» y la expresión es justa en su más estricto sentido.<br />

Rafael Franco venía en su pequeño Chevrolet, sin Estado Mayor, sin escoltas, sin tropas de<br />

refuerzo. Venía solo con el chófer y un ordenanza. Bien: el Chevrolet se detiene a unos tres<br />

metros de distancia de donde estoy, y de él desciende con ademán enérgico el jefe que va a<br />

convertir en victoria el posible descalabro de algunas de sus aguerridas unidades en peligro.<br />

Hay una sola posibilidad, una sola, de conjurar este peligro. Para determinarla es menester<br />

la inspiración de un guerrero intuitivo y audaz.<br />

Ahora completaré en verso esta narración; transcribiré el poema titulado «El Rengo<br />

León hace cortar un cable», de mi libro Terror Bajo <strong>La</strong> Luna, 1985.<br />

Pero antes de transcribir el poema ofreceré algunos pormenores que en el poema no<br />

figuran. Muy cerca <strong>del</strong> lugar en que se detuvo el Chevrolet de carrocería alta, Rafael Franco

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!