Edad de Cristal Guillermo Enrique Hudson Las - AMPA Severí Torres
Edad de Cristal Guillermo Enrique Hudson Las - AMPA Severí Torres
Edad de Cristal Guillermo Enrique Hudson Las - AMPA Severí Torres
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>Edad</strong> <strong>de</strong> <strong>Cristal</strong> <strong>Guillermo</strong> <strong>Enrique</strong> <strong>Hudson</strong><br />
ramitas terminales <strong>de</strong> un árbol centelleando con la escarcha y el carámbano; posados sobre<br />
las ramas había varios pájaros blancos como la nieve. saltando y revoloteando hacia su<br />
mano extendida mientras que ella, sonrosada y los labios entreabiertos con una sonrisa<br />
alegre y gozosa, los admiraba.<br />
Al tiempo que yo estaba <strong>de</strong>tenido admirando la hermosa obra, el joven al que ya<br />
mencioné y quien había levantado a Yoleta <strong>de</strong>l suelo cuando estaba junto al muerto, se<br />
acercó y sonriendo indicó:<br />
-¿Ha notado el parecido?<br />
- Sí, en efecto, está como si estuviera viva, respondí.<br />
- Este no es el retrato <strong>de</strong> Yoleta, aun cuando se le parezca, y como yo le mirara con<br />
incredulidad él me indicó unos caracteres <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l retrato:<br />
-¿No ve el nombre y la fecha?<br />
Me di cuenta que no podía leer las palabras y arriesgué una observación; quizá fuese<br />
la madre <strong>de</strong> Yoleta.<br />
- Este retrato ha sido pintado hace centurias, dijo con sorprendido acento y luego se<br />
volvió, creyéndome, sin duda, ignorante y lerdo.<br />
No quería que se fuese con esa impresión y subrayé señalando esa estatua ya<br />
<strong>de</strong>scrita:<br />
- Creo que sé muy bien quién es, es Europa.<br />
-¿Europa? Ese es un nombre que nunca escuché y dudo que nadie en la casa jamás lo<br />
haya escuchado<br />
- No; es Mistrel<strong>de</strong>. -Entonces, con una sonrisa medio confundido, agregó:<br />
-¿Cómo podría saberlo si no se lo han dicho? Esa es Mistrel<strong>de</strong>. -Era regularmente la<br />
costumbre <strong>de</strong> la casa que la Madre cabalgase un toro blanco para la fiesta <strong>de</strong> la cosecha.<br />
Mistrel<strong>de</strong> fue la última en observarla.<br />
-¡Oh, ya veo!, fue mi compungida respuesta, aun cuando no entendía nada. La<br />
manera tan indiferente con que él hablaba <strong>de</strong> centurias con referencia a este cuadro<br />
brillante y <strong>de</strong> tan fresca pintura, realmente me <strong>de</strong>sconcertaba.<br />
Seguidamente, con<strong>de</strong>scendió a agregar algo más, refiriéndose a las marcas o<br />
caracteres que yo no podía leer agregó:<br />
- Usted ha leído el nombre <strong>de</strong> Yoleta aquí y eso y su parecido lo confundieron. Tiene<br />
que saber que siempre ha habido una Yoleta en esta casa. Esta era la hija <strong>de</strong> Mistrel<strong>de</strong>, la<br />
madre, quien murió joven y <strong>de</strong>jó ocho hijos; cuando se hizo esta obra, los retratos fueron<br />
colocados en las ocho caras <strong>de</strong>l pe<strong>de</strong>stal.<br />
- Gracias por informarme, dije, pero dudando si lo dicho seria toda la verdad o sólo<br />
un fantástico relato.<br />
Luego me instó a seguirlo y <strong>de</strong>jamos la habitación don<strong>de</strong> se había <strong>de</strong>cidido que no se<br />
serviría la cena.<br />
Página 19 <strong>de</strong> 109