15.05.2013 Views

Edad de Cristal Guillermo Enrique Hudson Las - AMPA Severí Torres

Edad de Cristal Guillermo Enrique Hudson Las - AMPA Severí Torres

Edad de Cristal Guillermo Enrique Hudson Las - AMPA Severí Torres

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>Edad</strong> <strong>de</strong> <strong>Cristal</strong> <strong>Guillermo</strong> <strong>Enrique</strong> <strong>Hudson</strong><br />

Su <strong>de</strong>spertar me sobresaltó, pero me proporcionó alegría.<br />

-¡Oh, qué oscuro está! ¿Dón<strong>de</strong> estoy? -exclamó agitada abandonando súbitamente su<br />

reposo.<br />

- Conmigo, amadísima, ¿no recuerdas cómo te dormiste sobre mi pecho?<br />

- Sí, pero... oh, ¿cómo no me <strong>de</strong>spertaste antes...? Mi madre..., mi madre...<br />

- Ella está durmiendo tranquila, queridísima. ¡Ay, y sólo hubiese <strong>de</strong>seado que<br />

hubieses seguido durmiendo!<br />

-¡Mi amor!, -dijo apoyando su mejilla contra la mía-, ¡Qué dulce fue dormirme en tus<br />

brazos! Cuando llegamos aquí casi no podía <strong>de</strong>cir palabra, pues mi corazón estaba<br />

rebosante; y ahora que tengo cien cosas que <strong>de</strong>cir, te besaré y me eximiré <strong>de</strong> tanto hablar.<br />

- Di unas <strong>de</strong> las cien cosas, Yoleta.<br />

-¡Oh, Smith, antes <strong>de</strong> esta tar<strong>de</strong> yo no pensé que pudiese amarte más; y a veces<br />

cuando recordaba lo que una vez te dije en la sierra, ¿recuerdas?, me parecía que ya te<br />

amaba un poquito por <strong>de</strong>más. Ahora estoy convencida que estaba equivocada, pues mil<br />

ofensas no podrían enajenar mi corazón que es tuyo para siempre.<br />

-¿Mío para siempre, sin duda, querida?, -murmuré, apretándola contra mi pecho, y en<br />

ese rapto, casi olvidando que ese afecto angelical que me <strong>de</strong>paraba no satisfaría por mucho<br />

mi corazón.<br />

- Sí, para siempre; tú nunca, nunca <strong>de</strong>jarás La Casa. Tu peregrinaje, <strong>de</strong>l cual sacaste<br />

tan poco provecho, ha concluido. Y si alguna vez intentas irte <strong>de</strong> nuevo, buscando otras<br />

maravillas por el mundo, te retendré con mis brazos como lo hago ahora y te tendré<br />

prisionero contra tu voluntad; y si me dijeses "adiós" cien veces, borraré esa triste palabra<br />

con mis labios y pondré en su lugar otra mejor, hasta que mi palabra te conquiste.<br />

Página 97 <strong>de</strong> 109

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!