Edad de Cristal Guillermo Enrique Hudson Las - AMPA Severí Torres
Edad de Cristal Guillermo Enrique Hudson Las - AMPA Severí Torres
Edad de Cristal Guillermo Enrique Hudson Las - AMPA Severí Torres
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>Edad</strong> <strong>de</strong> <strong>Cristal</strong> <strong>Guillermo</strong> <strong>Enrique</strong> <strong>Hudson</strong><br />
El tono agudo y patético con que estas palabras fueron pronunciadas no me<br />
afectaron poco y al finalizar la ceremonia seguía mirando atónito al orador, ignorando que<br />
la joven tenía sus ojos agrandados por el asombro, al contemplar con fijeza al arbusto, que,<br />
vanamente, había creído me ocultaba.<br />
De repente, exclamó:<br />
-¡Oh, padre! observe allí ¿quién es ese hombre <strong>de</strong> extraña presencia que nos mira tras<br />
los arbustos?<br />
Todos se volvieron y sentí catorce o quince pares <strong>de</strong> ojos que con mirada aguda se<br />
fijaban en mí, pues, <strong>de</strong>bido a mi curiosidad y excitación, me había movido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el ramaje<br />
espeso para colocarme tras un arbustillo en<strong>de</strong>ble, casi sin hojas, el cual no ofrecía la menor<br />
ayuda <strong>de</strong> protección u ocultamiento.<br />
Procurando asumir la situación con coraje, aun cuando no me sentía cómodo, me<br />
a<strong>de</strong>lanté y avanzando hacia ellos, y quitándome al mismo tiempo mi viejo y castigado<br />
sombrero reverencié con inclinaciones a la reunión congregada.<br />
Mi saludo cortés no halló respuesta, pero todos, con creciente curiosidad reflejada en<br />
sus rostros, seguían mirándome tal como si contemplasen una grotesca aparición. Tras<br />
pensar que lo mejor sería ofrecer <strong>de</strong> inmediato una explicación acerca <strong>de</strong> quién era y<br />
a<strong>de</strong>más procurar disculparme por mi intromisión en sus misterios, me dirigí al anciano.<br />
-Realmente me disculpo por haberles molestado en un momento tan poco propicio,<br />
comprometidos en estos... estos ritos solemnes, pero les aseguro que ha sido casi<br />
acci<strong>de</strong>ntal. Casualmente venía andando hacia aquí cuando los vi avanzar y juzgué lo mejor<br />
hacerme a un lado hasta que... bueno, hasta que el funeral terminase. El hecho es que tuve<br />
un serio acci<strong>de</strong>nte en la montaña, por allá. Me caí en un foso y una gran cantidad <strong>de</strong> tierra<br />
y piedras cayeron sobre mí y me aturdieron. No sé cuánto tiempo he permanecido<br />
inconsciente. Me atrevería a <strong>de</strong>cir que estoy abusando <strong>de</strong> su paciencia; pero soy un extraño<br />
aquí y estoy perdido y quizá un tanto confundido a causa <strong>de</strong>l golpe y a lo mejor, usted,<br />
gentilmente me querrá <strong>de</strong>cir a dón<strong>de</strong> puedo dirigirme para tomar un refrigerio y po<strong>de</strong>r<br />
averiguar dón<strong>de</strong> estoy.<br />
- Su historia es muy extraña -dijo el anciano-. Que usted es un extraño aquí es<br />
evi<strong>de</strong>nte dada su apariencia y su vestir extravagante, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> su rara manera <strong>de</strong> hablar y<br />
articular las palabras.<br />
Página 9 <strong>de</strong> 109