Edad de Cristal Guillermo Enrique Hudson Las - AMPA Severí Torres
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<strong>Edad</strong> <strong>de</strong> <strong>Cristal</strong> <strong>Guillermo</strong> <strong>Enrique</strong> <strong>Hudson</strong><br />
mental y algo como <strong>de</strong>sesperanza en el corazón. Que ella me había dicho la verdad, ya no<br />
podía dudarlo ni por un segundo; era imposible dada su naturaleza cristalina el no ser<br />
veraz. Sus años no me importaban, la virginal dulzura <strong>de</strong> la adolescencia estaba en sus<br />
labios y la gloria y frescura <strong>de</strong> la juventud en su frente; lo patético era que hubiese vivido<br />
treinta y un años en el mundo y que no comprendiese las palabras que le había dicho; que<br />
no supiese qué eran el amor y la pasión! ¿Sería siempre así? ¿Habría <strong>de</strong> consumirse hasta<br />
las cenizas mi corazón sin encen<strong>de</strong>r un fuego en el suyo?<br />
Entonces, mientras permanecía allí sentado, colmado <strong>de</strong> esos pensamientos<br />
<strong>de</strong>sdichados, bajó <strong>de</strong> su sitial y cayendo <strong>de</strong> rodillas frente a mí ro<strong>de</strong>ó con sus brazos mi<br />
cuello y me miró fijamente.<br />
-¿Por qué está apenado Smith?, ¿He dicho algo que lo hiera? dijo. ¿Y sabe qué me ha<br />
ofendido?<br />
- Si lo he hecho, dígame cómo, queridísima Yoleta.<br />
- Por haber estado haciéndome preguntas y diciendo cosas totalmente sin sentido<br />
mientras estaba ahí, embelesada con la puesta <strong>de</strong>l sol. Me molestó y disipó mi placer; lo<br />
perdonaré, Smith, porque lo quiero. ¿No cree que lo amó suficiente? Me es muy querido,<br />
más querido cada día, y atrayendo mi cara me besó en los labios.<br />
- Querida, me hace feliz <strong>de</strong> nuevo, fue mi respuesta, pues si su amor aumenta cada<br />
día quizá llegue el momento en que me comprenda y que sea para mí todo lo que yo<br />
anhelo.<br />
-¿Qué es lo que anhela? preguntó.<br />
- Que sea mía, solamente mía, totalmente mía y que se me entregue en cuerpo y<br />
alma.<br />
Ella continuó mirándome a los ojos.<br />
- En cierta forma nos damos, creo, en cuerpo y alma a aquellos a quienes amamos,<br />
dijo, y si aún no está satisfecho <strong>de</strong> que me haya entregado así <strong>de</strong> ese modo <strong>de</strong>be esperar,<br />
pacientemente, sin hacer ni <strong>de</strong>cir nada que voluntariamente enajene mi corazón hasta que<br />
llegue la hora en que mi amor sea igual a su <strong>de</strong>seo. Vamos, agregó y levantándose, me<br />
tomó <strong>de</strong> la mano y me hizo levantar.<br />
Silenciosos y pensativos, iniciamos <strong>de</strong> la mano el <strong>de</strong>scenso. De repente se arrodilló y<br />
entreabriendo los pastos con las manos halló un pequeño y grácil capullo emergiendo <strong>de</strong> la<br />
tierra, sin hojas, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un tallo redondo y suave.<br />
-¿Ve?, dijo y alzó sonriente, su mirada.<br />
- Si, querida, veo un capullo, pero no sé nada más que eso.<br />
- Oh, Smith, ¿no sabe que es un lirio arco-iris?, y levantándose se tomó <strong>de</strong> mi mano y<br />
seguimos andando.<br />
-¿Qué es un lirio arco-iris?<br />
- Dentro <strong>de</strong> poco, en unos días, estará totalmente florecido y la tierra se cubrirá con<br />
su gloria.<br />
- Está ya avanzada la estación, Yoleta. Primavera es la época en que los campos se<br />
cubren con la gloria <strong>de</strong> las flores.<br />
- Nada hay que iguale al lirio arco-iris que llega cuando casi todas las flores han<br />
muerto o han perdido sus colores. ¿Ha vivido en la luna, Smith, para que yo tenga que<br />
contarle estas cosas?<br />
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