Edad de Cristal Guillermo Enrique Hudson Las - AMPA Severí Torres
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<strong>Edad</strong> <strong>de</strong> <strong>Cristal</strong> <strong>Guillermo</strong> <strong>Enrique</strong> <strong>Hudson</strong><br />
-¡Una mentira!, exclamé azorado. ¡No he dicho mentira alguna!<br />
- Esto, -dijo en un acceso <strong>de</strong> ira-, es un agravante <strong>de</strong> su anterior ofensa. Es aún peor<br />
que la primera y <strong>de</strong>bemos tratarla por separado cuando hayan pasado los sesenta días.<br />
-¿Va a con<strong>de</strong>narme sin permitirme hablar, sin escucharme o aclararme algo? ¿Qué<br />
mentira he proferido?<br />
Tras una pausa, durante la cual estudiaba mi rostro, dijo, señalando la página abierta<br />
frente a él: - Ayer, en respuesta a mi pregunta, me respondió que sabía leer; anoche le dijo<br />
a Yoleta lo contrario; ahora, aquí está el libro y confiesa que no pue<strong>de</strong> leerlo.<br />
-Pero eso se explica fácilmente, dije, inmensamente aliviado pues realmente me<br />
había sentido algo culpable <strong>de</strong> tomar y presionar esa mano, aun cuando no fuera un asunto<br />
muy grave. Yo puedo leer los libros <strong>de</strong> mi propio país y por supuesto creí que sus libros<br />
estarían escritos en iguales caracteres, pero la noche pasada <strong>de</strong>scubrí que no era así.<br />
Uste<strong>de</strong>s han visto los signos <strong>de</strong> mi país sobre las monedas que les mostré.<br />
En ese momento, <strong>de</strong> nuevo, saqué <strong>de</strong> mi bolsillo el mone<strong>de</strong>ro y volqué el contenido<br />
sobre la mesa.<br />
Comenzó a observar las libras una por una para examinarlas. Mientras, encontré mi<br />
hermosa estilográfica <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> mi libreta, y pensé que lo mejor seria <strong>de</strong>mostrarle cómo<br />
escribía. Afortunadamente la tinta no se había evaporado. Arranqué una hoja en blanco y<br />
rápidamente escribí unas pocas líneas y le alcancé el papel diciéndole:<br />
-Así escribo yo.<br />
Procedió a estudiar el papel pero sus ojos, advertí, se dirigían frecuentemente hacia la<br />
estilográfica que tenía en mis manos.<br />
Al tiempo señaló:<br />
- Esta escritura o estas marcas que ha hecho sobre el papel no son como las que están<br />
sobre el oro.<br />
Tomé el papel y procedí a copiar la oración que había escrito en letras <strong>de</strong> imprenta,<br />
luego se lo <strong>de</strong>volví.<br />
Lo examinó <strong>de</strong> nuevo y tras comparar mis letras con las <strong>de</strong> la moneda dijo:<br />
- Le ruego me diga ahora qué ha escrito aquí y me explique por qué escribe <strong>de</strong> dos<br />
maneras distintas.<br />
Le expliqué lo mejor que pu<strong>de</strong> por qué unas letras se usaban para estampar sobre oro<br />
y otros elementos y otras para escribir. Con un sonrojo <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>stia, leí las palabras <strong>de</strong> la<br />
oración: "En las distintas partes <strong>de</strong>l mundo los hombres tienen costumbres distintas y<br />
escriben <strong>de</strong> diferente manera, pero <strong>de</strong>l mismo modo, a todos los hombres, en todas partes<br />
<strong>de</strong>l mundo, la mentira les es <strong>de</strong>testable"<br />
-Smith, -dijo, dirigiéndose a mí <strong>de</strong> una manera impresionante, pero felizmente no<br />
para acusarme <strong>de</strong> una tercera mentira-; yo he vivido mucho en el mundo y los<br />
conocimientos que otros poseen <strong>de</strong> él son también los míos. Es un conocimiento <strong>de</strong> todos<br />
que en regiones más cálidas o frías los hombres están obligados a vivir <strong>de</strong> manera distinta;<br />
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