15.05.2013 Views

Edad de Cristal Guillermo Enrique Hudson Las - AMPA Severí Torres

Edad de Cristal Guillermo Enrique Hudson Las - AMPA Severí Torres

Edad de Cristal Guillermo Enrique Hudson Las - AMPA Severí Torres

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>Edad</strong> <strong>de</strong> <strong>Cristal</strong> <strong>Guillermo</strong> <strong>Enrique</strong> <strong>Hudson</strong><br />

- Este es nuestro extraño, Chastel dijo el anciano y al mismo tiempo me lanzaba una<br />

mirada para infundirme coraje.<br />

Se volvió <strong>de</strong>l diseño que había estado examinando y en<strong>de</strong>rezándose levemente <strong>de</strong> su<br />

posición semirrecostada fijó en mí sus ojos oscuros con cierto interés.<br />

-Yo no veo por qué estaban tan impresionados, subrayó <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un rato. Nada hay<br />

muy raro en él.<br />

Sentí que mi cara enrojecía <strong>de</strong> vergüenza y enojo, pues ella parecía mirarme y hablar<br />

<strong>de</strong> mí tal como yo hubiese sido una criatura extraña y semihumana <strong>de</strong>scubierta en los<br />

montes y traída como una curiosidad.<br />

- No, no fue su figura, fue sólo su curioso ropaje y sus palabras las que nos<br />

asombraron, dijo el padre como respuesta.<br />

Ella no le contestó nada, pero al momento, dirigiéndose directamente a mí dijo:<br />

-Usted ha estado mucho tiempo en La Casa antes <strong>de</strong> expresar su <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> verme.<br />

Encontré mi lenguaje <strong>de</strong> palabra hesitante 20 y pobre, por lo cual me <strong>de</strong>testé a mi<br />

mismo, y respondí que había solicitado po<strong>de</strong>r verla tan pronto como me informé <strong>de</strong> su<br />

existencia.<br />

Se volvió al padre con miradas sorprendidas e interrogante.<br />

- Debe recordar, Chastel, -respondió- él, que nos ha llegado <strong>de</strong> una extraña y distante<br />

isla con costumbres distintas a las nuestras, algo que nunca había escuchado antes. No<br />

puedo darle otras explicaciones.<br />

Sus labios se curvaron y volviéndose a mi continuó:<br />

- Si hay Casas en su isla, sin madres en ellas, no ocurre así en otras partes. El que<br />

haya <strong>de</strong>cidido viajar provisto <strong>de</strong> tan pobres conocimientos es un milagro para nosotros, y<br />

así como me ha dolido <strong>de</strong>cirle esto <strong>de</strong>bo lamentar que haya <strong>de</strong>jado su propio hogar.<br />

Nada pu<strong>de</strong> respon<strong>de</strong>r a esas palabras que cayeron sobre mí como latigazos y al<br />

observar los otros rostros no advertí ninguna simpatía hacia mí. La miraban a ella, “su<br />

madre", y escuchaban sus palabras, y sus expresiones eran sólo <strong>de</strong> amor y <strong>de</strong>voción hacia<br />

ella, lo que me hacía recordar un poco la cara <strong>de</strong> los ángeles <strong>de</strong> las telas <strong>de</strong> Guido en la<br />

Coronación <strong>de</strong> la Virgen.<br />

-Retírese ya, agregó en tono petulante, estoy cansada y <strong>de</strong>seo <strong>de</strong>scansar.<br />

Yoleta, quien había permanecido silenciosa a mi lado, tomó mi mano y me condujo<br />

fuera <strong>de</strong>l aposento.<br />

20 Dudoso, vacilante<br />

Página 63 <strong>de</strong> 109

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!