GERALD DURRELL - Fieras, alimañas y sabandijas - Galeón
GERALD DURRELL - Fieras, alimañas y sabandijas - Galeón
GERALD DURRELL - Fieras, alimañas y sabandijas - Galeón
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Sentí llegado el momento de intervenir. Al fin y al cabo, Sven me caía simpático.<br />
Expliqué cómo, al principio de su estancia con nosotros, se había acercado por mi cuarto, y en<br />
seguida había quedado admirado y fascinado por mi colección de animales. Pensando que<br />
más valía un converso que una docena de santos, me había ofrecido a llevarle a los olivares y<br />
enseñarle todos mis cotos de caza. Por eso todas las mañanas nos íbamos a los olivares, y<br />
Sven se estaba las horas muertas tumbado en el suelo, contemplando cómo las atareadas<br />
hileras de hormigas transportaban sus semillitas de hierba, o cómo la bulbosa hembra de la<br />
mantis depositaba su ooteca espumosa sobre una piedra, o asomado a las madrigueras de las<br />
mígalas, murmurando para sí: «¡Maravilloso! ¡Maravilloso! », tan extasiado que se me<br />
ablandaba el corazón de oírle.<br />
—Bueno, mira, hijo —dijo Mamá—: creo que lo más prudente es que, en lo sucesivo, si<br />
quieres salir de paseo con un amigo de Larry me lo consultes a mí antes.